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MONASTERIO DE SAN SALVADOR DE LEYRE

El Monasterio de Leyre esta situado en la Sierra de Leyre, a tan solo 50 Km de Pamplona por autovía, es uno de los monumentos más importantes de Navarra, siendo la muestra más representativa y antigua del arte románico en la Comunidad Foral. Es habitado y cuidado por una Comunidad Benedictina.

En el magnifico complejo se puede visitar la impresionante cripta del siglo XI, la Iglesia Abacial, declarada Monumento Nacional, presidida por la Virgen de Leyre, y el Arcón que contiene los restos de los primeros Reyes de Navarra.

Las primeras noticias del Monasterio son del siglo IX. En el año 848 San Eulogio de Córdoba visita la abadía, donde encuentra una comunidad floreciente y una nutrida biblioteca. En los siglos X y XI es sede y corte del reino pirenaico y panteón de los monarcas navarros. Durante el reinado del rey de Pamplona Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035), adquiere su máximo esplendor con propiedades incontables.

Leyre controla en esta época el movimiento político, espiritual y cultural de Navarra y los pasos pirenaicos del peregrinaje jacobeo. Por estos años, el Monasterio se convierte en abanderado de la introducción de la observancia de Cluny en el Pirineo. En el siglo XII comienza a decaer el esplendor del Monasterio y en el siglo XIII el rey Teobaldo I introduce la reforma del Cister.

En 1836 desaparece la vida monástica en Leyre, por la famosa Ley de desamortización de Juan Álvarez Mendizábal. En el siglo XX, la Diputación Foral de Navarra emprende la obra de restauración y en 1954, los monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos restauran la vida monástica en Leyre.


Panorámica del Monasterio de San Salvador de Leyre.

En la falda de la impresionante Sierra de Leyre y dominando el mar de Yesa se levanta una mas compacta de piedra que esconde indicios de un pequeño reino. En el año 824 es coronado en Pamplona Íñigo Arista como primer rey navarro. Tanto Íñigo como sus sucesores tendrán que enfrentarse al poderoso Califato de Córdoba, y ante la llegada de tan temible adversario buscarán refugio en el Monasterio. Desde sus alturas se podía ver acercarse al enemigo por la ribera del río Aragón, y en caso necesario siempre quedaba la opción de escapar montaña arriba, hacia los altos picos y los densos bosques. Tanto ir y venir que hasta alguno se quedó.

El rey Fortún Garcés el Tuerto (fallecido en 992, hijo de García Íñiguez de Pamplona y la reina asturiana Urraca), una vez depuesto, encontró refugio espiritual y reposo a su batallada vida ordenándose Monje del Monasterio. Allí descansa definitivamente, junto a otros reyes, en un sencillo panteón que recuerda los inicios de un pequeño reino.


La Torre y ábsides románicos del Monasterio de San Salvador de Leyre se levantaron en el siglo XI, cuando el estilo románico era todavía una técnica incipiente de muros imponentes. Antes hubo una Iglesia prerrománica que fue destruida tras las reformas efectuadas para construir una nueva Iglesia monumental.


Panorámica del Monasterio de San Salvador de Leyre.


La puerta de la cripta del Monasterio de San Salvador de Leyre es la más antigua del Monasterio y está formada por tres arcos de medio punto superpuestos y escalonados.

La cripta de Leyre no se ajusta a la definición de cripta: Lugares subterráneos, de dimensiones reducidas, que generalmente servían como lugar de culto y enterramiento para una comunidad religiosa. No hay constancia que fuera lugar de enterramientos. Por otra parte, es de grandes dimensiones ya que su función principal es la de servir de cimientos a la cabecera de la Iglesia, salvando el desnivel del terreno.


La cripta de Leyre es de planta casi cuadrada, con tres ábsides en la cabecera, coincidiendo con los de la cabecera de la Iglesia, y cuatro naves iguales cubiertas por bóvedas de cañón.
Los enormes capiteles adaptan su tamaño para recibir los arcos.

En La cripta del Monasterio de Leyre impresiona a primera vista, el conjunto de arcos, columnas y capiteles que soportan todo el peso de la cabecera de la Iglesia. Estos enormes capiteles adaptan su tamaño para recibir los arcos. La decoración que algunos presentan es muy sencilla: temas vegetales y geométricos. Son el elemento representativo y característico de esta cripta.


Túnel de San Virila del Monasterio de San Salvador de Leyre.

Tras la cripta se encuentra un túnel de la misma época que conducía al exterior desde el Monasterio Antiguo. Actualmente se encuentra cerrado con una verja porque comunica con el Monasterio Nuevo. Al fondo del túnel se encuentra la imagen del siglo XVII de San Virila, abad de Leyre en el siglo X.


Túnel de San Virila del Monasterio de San Salvador de Leyre.

San Virila era un monje atormentado por sus dudas sobre la vida eterna en el cielo. Según cuenta la leyenda, paseando por la Sierra de Leyre, quedó extasiado junto a una fuente escuchando el canto de un ruiseñor. Al despertar regreso al Monasterio, pero ningún monje le reconocía. !Habían transcurrido 300 años!.
De esta manera Dios le demostró el misterio de la eternidad.


Plazoleta de la Puerta Speciosa del Monasterio de San Salvador de Leyre, de mediados del siglo XII y finalizada por el taller del Maestro Estaban, el mismo autor de la Puerta de las Platerías de Santiago de Compostela.


Puerta Speciosa del Monasterio de San Salvador de Leyre, de mediados del siglo XII.

La Porta Speciosa del Monasterio de Leyre está formada por tres partes: (a) Tímpano: semicircunferencia situada sobre la puerta, presidida por El Salvador y a sus lados la Virgen, San Pedro, San Juan y dos evangelistas. Descansa el tímpano sobre dos ménsulas que forman la cabeza de toro y león.

(b) Conjunto de arquivoltas y columnas: en las arquivoltas, situadas sobre el tímpano, aparecen seres reales y fantásticos del mundo vegetal y animal. Lo más interesante de las columnas son los capiteles, de izquierda a derecha lucen: leones protegiendo a sus crías, personas en cuclillas de influencia japonesa, aves con el cuello entrelazado y picándose las patas, tallos que aprisionan unas cabezas, aves picándose las patas y hojas de acanto. En los machones laterales hay dos santos apoyados sobre leones.

(c) Friso: se encuentra por encima de los arcos y en él se puede observar: comenzando por la izquierda, en la línea más alta está San Miguel, la Transfiguración, escenas del martirio de las Santas Nunilo y Alodia, un monstruo apocalíptico, el diablo atrapando un alma y, por último Jonás y la ballena. Bajo esta línea, en el lado derecho, cinco figuras muy estilizadas: la Visitación, la Anunciación, y un obispo. Y finalmente, en el lado izquierdo, un obispo con su báculo y su evangelio.


Puerta Speciosa del Monasterio de San Salvador de Leyre, de mediados del siglo XII.


Puerta Speciosa del Monasterio de San Salvador de Leyre, de mediados del siglo XII.


Panorámica de la Iglesia de San Salvador de Leyre.

La Iglesia de San Salvador de Leyre es fruto de varias remodelaciones y ampliaciones. Las etapas constructivas de la Iglesia son tres:

Siglo XI - Cabecera de la Iglesia: Se sitúa el coro de los monjes y el altar. Junto con la cripta que se encuentra debajo, forman la construcción de estilo románico más antiguo de Navarra. Está formada por tres altas naves cubiertas por bóvedas de cañón y que acaban al fondo de sus correspondientes ábsides de planta semicircular. El arco de la nave central está rebajado y las naves laterales son estrechas y desiguales siendo la derecha más ancha que la izquierda. Los pilares tienen planta de cruz y columnas adosadas, en cuyos capiteles aparece una ornamentación austera y sencilla. La imagen de Santa María de Leyre preside el ábside central; es una talla neo-románica realizada por el escultor valenciano José López Furío.

Siglo XII - Nave central: Es el resultado de una gran ampliación en la que se respetó la cabecera, se alargaron los muros laterales y se realizó la portada.
Originalmente estuvo cubierta con un tejado de madera a dos aguas. En el muro norte, tras una reja del siglo XVI, se encuentra un arcón con los restos de los primeros reyes de Navarra y más a la izquierda una talla de Cristo muerto en la cruz, del siglo XVI. Desde el muro sur se accede a una pequeña capilla que alberga un retablo renacentista, del siglo XVII, dedicado a las Santas Nunilo y Alodia. Desde el interior de esta capilla se aprecia una portada románica del siglo XII, decorada con un bello crismón.

Siglo XVI - Bóveda gótica: Es una bóveda de crucería dividida en cuatro tramos. Su única decoración está en las claves donde predominan los motivos heráldicos. Cubre son un solo arco los catorce metros de anchura de la nave.


La imagen de Santa María de Leyre preside el ábside central de la Iglesia de San Salvador de Leyre; es una talla neo-románica realizada por el escultor valenciano José López Furió.

Talla de Santa María de Leyre, obra de José López Furió, en el ábside central de la Iglesia del Monasterio de San Salvador de Leyre. La escultura presenta una imagen sedente de la Virgen con el Niño en sus rodillas. En el muro del ábside (siglo XI) situado tras la escultura se abre un vano de medio punto.


Por el muro sur se accede a una capilla con portada románica del siglo XII, destacando en su tímpano un crestón jacobeo, donde luce un retablo renacentista del siglo XVII dedicado a las Santas Nunilo y Alodia.


Panteón de los Reyes de Pamplona, Monasterio de Leyre.


Leyenda del Panteón de los Reyes de Pamplona.

Cuando en 1836 desaparece la vida monástica en Leyre, con la Ley de desamortización de Mendizábal, el Monasterio es abandonado y comienza a utilizarse como refugio de pastores y labriegos. En 1863 se profanan las arquetas que contenían los restos de los Reyes de Pamplona, quedando esparcidos por el suelo de la Iglesia. El cura y el alcalde de Yesa el 17 de mayo de 1863 recogieron los huesos de las tumbas saqueadas y doce tablas viejas donde rezaban los nombres: Sancho Garcés, Ximeno Íñiguez, Íñigo Arista, García Íñiguez, Fortuno VIII, Sancho Abarca, García Sánchez, Sancho García, Ramiro XIII, Andrés Príncipe, Martín Phoebo Príncipe y Siete Reinas..

Los restos recogidos por el cura y el alcalde de Yesa fueron depositados en la Iglesia parroquial del pueblo. En 1865 se intentan trasladar los restos a la Catedral de Pamplona, acordado el traslado tras la autorización de Isabel II, se va retrasando por querer realizarlo en presencia de la reina, hasta que en 1867 el traslado se deja sin efecto.

La Iglesia del Monasterio de Leyre quedó abierta al público en 1875 y se subieron los restos de los reyes de la Iglesia de Yesa. En 1891 se realizaron obras en Leyre y los restos fueron devueltos en un sarcófago de mármol a Yesa. Una vez que fueron acabadas las obras, los restos de los reyes se devolvieron a Leyre, siendo introducidos en una arqueta de madera de roble con grabados neogóticos de forja. La arqueta de madera se encerró en un mausoleo blanco.

La Comisión de Monumentos de Navarra en 1902 intenta reunir en la Catedral de Pamplona a todos los reyes navarros enterrados en distintos lugares, el plan queda abortado. En 1912 se volvió a repetir el intento sin éxito.

En un acto celebrado el 8 de julio de 1915, con presencia de autoridades civiles y religiosas y mucho público, el mausoleo de los reyes se situó en el centro del presbiterio.

El 21 de octubre de 1982 se traslada a su lugar actual en el muro norte, sin el mausoleo de mármol y protegido por una reja de hierro forjado.

En la lista de nombres que contenía la arqueta, con base en las tablas encontradas en 1863 y en la lista confeccionada en 1613 (teniendo como fuente el libro necrológico del Monasterio del siglo XIII), aparecen los Reyes de Pamplona:

Íñigo Arista, primer rey de Pamplona (810-820 y 852), Jimena (mujer de Íñigo Arista), Jimeno Íñiguez, Íñigo Jiménez (842), García I Íñiguez (850-870, regente desde 842), Fortún Garcés (882-905), Sancho I Garcés (905-925), García Sánchez I (925-970, Conde de Aragón 943-970) y Sancho Garcés II (970-994, Conde de Aragón 943-994).


Panteón de los Reyes de Pamplona, Monasterio de Leyre.


Los restos de los Reyes de Pamplona en una arqueta de madera de roble con grabados neogóticos de forja, protegida por una reja de hierro forjado.


Desde el Monasterio de San Salvador de Leyre se puede disfrutar de un bonito paisaje donde destaca el embalse de Yesa.


Embalse de Yesa, en la Merindad de Sangüesa, perteneciente a Yesa, municipio donde destaca el Monasterio de San Salvador de Leyre.

 

 

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