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TARAZONA, Turiasu, Turiaso, Tirasona (Zaragoza)

        

Tarazona es una ciudad estratégica de la provincia de Zaragoza, sede episcopal de la Diócesis de Tarazona, frontera de los reinos de Castilla, Navarra y Aragón.

La fundación perromana de la ciudad fue conformando su casco antiguo, ampliando el patrimonio turiasonense donde convivieron durante décadas las comunidades cristianas, judías y musulmanas.

Aunque en el siglo II a. C se emitió moneda en la Triaso celtíbera, los restos más antiguos de la actual Tarazona datan del siglo I a.C. En la época ibérica la ciudad se reducía al barrio del Cinto, tras la conquista romana se extendió hacia el río Queiles ocupando la vega (donde se alza la Catedral), pasando a denominarse Turiasu, sus habitantes tenían pleno derecho a la ciudadanía romana, acuñando moneda propia.

Turiasu fue una ciudad provincial romana en el 29 a.C, iniciando las emisiones de Ases en bronce, rezando en el anverso la leyenda SILBIS con una cabeza femenina (representando una ninfa o divinidad local) laureada mirando hacia la derecha, en el reverso la leyenda TURIASU en escritura ibérica    con un jinete que solía alzar la mano derecha.

La Ceca de Turiaso   no volvió a emitir moneda hasta el año 2 a.C, acuñando en cobre Ases, Semis (medio As) y Cuadrantes (cuarto As).

En las primeras emisiones, en el anverso aparece una cabeza femenina mirando hacia la derecha con la leyenda TURIASU, en el reverso la cabeza del emperador Augusto con la cabeza laureada con la leyenda IMP AVGVSTVS y la denominación Pater Patri (P P)

Posteriormente se sustituye en el anverso la cabeza femenina por la del emperador Augusto con la cabeza laureada y la leyenda
IMP AVGVSTVS P P. En el reverso luce la corona de roble OB CIVES SERVATOS con MVN y debajo de la corona la leyenda de TVRIASO. El anverso de la moneda no tienen modificación, aunque en los reversos aparece el nombre de la ciudad de TVRIASO
y el de los magistrados encargados de la Ceca (Iivir) dentro de la corona de roble.

Con Tiberio Julio César Augusto en el 14 a.C se acuñaron en bronce Ases, Semis, Cuadrantes y Sestercios en oricalco (aleación de cobre, zinc y plomo). En el anverso aparece la cabeza de Tiberio mirando a la derecha con la leyenda CAESAR AVG (VSTI), en el anverso luce el estatuto jurídico de la ciudad (MVN) junto con el nombre del magistrado, que vuelve a ser un duunviro Ilvir, dentro de la corona de roble.

Los Semis se diferencian de los Ases porque aparece otra magistratura en el reverso, iniciales en el interior de la corona de roble AED, haciendo referencia a los Ediles, encargados también del control de la acuñación de otras monedas de la Ceca. Posteriormente se reemplaza en el reverso la corona de roble por la de un toro que mira a la derecha con las iniciales del magistrado.

Al final del mandato de Tiberio en el 37 a.C. se acuña el Sestercio (con un valor de cuarto Denario, la centésima parte de un Áureo, dos Ases y medio). En el anverso aparece el emperador Tiberio con la cabeza laureada y en el reverso el emperador Augusto con corona radiada y la leyenda DIVUS AUGUSTUS.

 

Al final del mandato de Tiberio en el 37 a.C. se acuña el Sestercio (con un valor de cuarto Denario, la centésima parte de un Áureo, dos Ases y medio). En el anverso aparece el emperador Tiberio con la cabeza laureada y en el reverso el emperador Augusto con corona radiada y la leyenda DIVUS AUGUSTUS.

Varios siglos después, Tirasona (Tarazona) emitió Tremis con los reyes visigodos: Leovigildo (581-583), Recaredo I (586-601), Witerico (603-609), Gundemaro (609-612), Sisebuto (612-621) y Suinthila (621-631).

 

                    Signos Ibéricos, Museo Provincial de Zaragoza

Ceca Turiasu, Turiaso

   
                                                                    Denario, Tvriasu. Celtibérica


                                                             Denario, Tvriasu. Celtibérica

   
                                                                    As, Tvriasu. Celtibérica


                                                             As, Tvriaso. Transición

   
                                                                    As, Tvriaso. César Augusto


                                                             Semis, Tvriaso. César Augusto

   
                                                          As, Tvriaso. Tiberio Julio César Augusto


                                                          As, Tvriaso. Tiberio Julio César Augusto

   
                                                          As, Tvriaso. Tiberio Julio César Augusto


                                 Semis, Tvriaso. Anverso: Augusto. Reverso: Tiberio laureado

Tirasona, visigodos, musulmanes

La existencia de la Diócesis de Tarazona parte al menos desde el año 449, cuando el Obispo León fue asesinado por las tropas bagaudas en la antigua Catedral de Santa María Magdalena, siendo una de las más antiguas de España y de gran importancia estratégica porque ocupaba territorios de los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. Desde el año 465 figuran algunos de sus Obispos como asistentes a los Concilios de Toledo.

En el siglo VI la ciudad, conocida como Tirasona, se convierte en una de las fortalezas visigodas más importantes frente a los vascones, quedando marcada por su carácter militar y episcopal. La Catedral visigoda queda ubicada en la actual Iglesia de la Magdalena. Durante el dominio visigodo destaca el Obispo San Gaudioso (527-541) y el Obispo San Prudencio (572).

Los visigodos, lo mismo que los demás bárbaros que constituyeron reinos con las provincias que arrancaron al Imperio Romano, no cambiaron los sistemas monetarios y ponderales que hallaron establecidos. Carecían, por tanto, de monedas propias, utilizaron especies imperiales y forzosamente tuvieron que continuar el sistema monetario romano, demostrando su independencia sustituyendo la efigie de los emperadores por la de sus propios reyes. La servil imitación de las monedas bizantinas cesó en los últimos años del reinado de Leovigildo. Desde entonces, los Trientes o Tremises visigodos ya no tenían especies bizantinas con el mismo valor que correspondería al tamaño y a la ley. En el período 581-583, el rey visigodo comienza acuñando Tremis en la Ceca de Tirasona, que permanecerá activa hasta el rey Suinthila (621-631).

En torno al año 714 es ocupada por los musulmanes, manteniendo el barrio del Cinto como núcleo principal o Medina, uno en el actual barrio de San Miguel y otro en la zona de la calle Alta Merced. La Catedral de los Visigodos es ocupada por la Mezquita Mayor. Se desconoce la ubicación de la mozarabía (población hispano-visigoda), trasladada a Tudela en 878, propiciando un importante declive demográfico. Los judíos estaban emplazados en la Judería Vieja.

La ciudad de Tarazona fue reconquistada en 1119 por Alfonso I El Batallador, volviendo a convertirse en Sede Episcopal con el nombramiento del Obispo don Miguel Cornel.

En 1134 moría Alfonso I, Rey de Aragón y Pamplona, legando sus reinos a las Órdenes Militares.

Alfonso I de Aragón el Batallador había contraído matrimonio en 1109 con la reina castellano-leonesa doña Urraca de Castilla y, por las capitulaciones matrimoniales suscritas en diciembre de ese año, tomaba el cetro castellano como rey consorte. Bajo este título, según los Anales Toledanos, el 19 de abril de 1111 llegaba a Toledo y comenzó la repoblación de Berlanga, Almazán y Soria.

La reina doña Urraca fue repudiada en 1111 y el Papa Pascual II en 1113 anuló el matrimonio so pretexto de parentesco. Después de la muerte de doña Urraca en 1126, el Batallador retuvo en su poder algunos territorios castellanos, siendo Soria una de las localidades que pasaron de hecho al reino de Aragón por acuerdo del Pacto de Támara, suscrito en julio de 1127.

En 1129, el Batallador pasó a Castilla por tierras de Medinaceli y ocupó Almazán.

Tras la muerte de Alfonso I El Batallador el 7 de septiembre de 1134 a consecuencia de las graves heridas sufridas en el cerco de Fraga, el monarca castellano-leonés Alfonso VII se encaminó hacía Aragón con un fuerte ejército, tomó plazas orientales en poder de Aragón, como la propia ciudad de Soria, ocupó a su paso las poblaciones de Tarazona, Calatayud y Daroca, presentándose en Zaragoza como colaborador para solucionar el problema de sucesión, siendo uno de los pretendientes al ser tataranieto de Sancho III El Mayor.
También eran aspirantes: Ramiro, hermano de Alfonso I y obispo de Barbastro y García Ramírez, bisnieto del rey navarro García el de Nájera.

Los nobles aragoneses no queriendo la unión con Castilla entregaron la corona a Ramiro II El Monje, mientras que los navarros hicieron lo propio con García Ramírez V El Restaurador.

En todo caso, Alfonso VII consiguió el vasallaje de ambos reinos, a la par que el de su cuñado Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona.

Finalmente, en un solemne acto en la Catedral de León el 26 de mayo de 1135, Alfonso VII era coronado Emperador de los Reinos Hispánicos (Imperator Totius Hispaniae) de manos del legado pontificio el Obispo Guido de Vico, en presencia de García Ramírez de Navarra, Ramiro II de Aragón, Ramón Berenguer IV 'Conde de Barcelona', el príncipe musulmán Zafadola, Alfonso Jordán 'Conde de Tolosa', y otros Condes de Gascuña y Provenza. No asistió a la coronación Alfonso Enríquez, después Alfonso I de Portugal, aunque se había reconocido vasallo del rey castellano-leonés.

Alfonso VII El Emperador casó dos veces y mantuvo relaciones amorosas con al menos dos mujeres más. De su relación con doña Gontroda Pérez nació doña Urraca, que casó en 1144 con el rey navarro García Ramírez V.

De su primer matrimonio con doña Berenguela de Barcelona: Doña Sancha, casada en 1157 con Sancho VI de Navarra, hijo de García Ramírez El Restaurador. Fernando II de León que ciñó la corona de León y Galicia hasta 1188. Doña Constanza, esposa de Luis VII de Francia con quien contrajo matrimonio en 1154. Otros hijos que murieron con prematura edad fueron: Sancho III de Castilla, García y Alfonso.

Al quedar viudo de doña Berenguela tuvo relaciones con doña Sancha Fernández, hija de ambos fue doña Estefanía, que casó con don Fernán Ruiz de Castro 'Conde de Lemos'.

En 1152 casó de segundas con doña Rica de Polonia, hija de Ladislao II de Polonia, nacieron: Don Fernando, muerto a los dos años de edad. Doña Sancha, que casó en 1174 con Alfonso II de Aragón.

 

Tarazona retornó a la Corona de Aragón, de forma que queda emplazada como ciudad fronteriza entre los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. Tras la Reconquista acogió a un importante número de repobladores, se crearon dos barrios nuevos: uno en la calle Mayor y otro alrededor del arrabal de San Miguel. Los judíos amplían su barrio mezclándose con los cristianos en la Judería Nueva, mientras que los musulmanes son desplazados al alejado barrio de Tórtoles.

A mediados del siglo XII comienza la construcción de la nueva Catedral al otro lado del río Queiles, en un espacio ocupado desde la época romana pero abandonado por replegarse la ciudad al Cinto. El centro político, social y económico se encuentra en el Cinto, actual calle de San Atilano y Plaza de la Cárcel Vieja (acogiendo a la cárcel y las Casas del Concejo) donde se organizaba el mercado.

En 1177 el rey castellano Alfonso VIII, con ayuda de Alfonso II El Casto de Aragón, pone cerco a Cuenca. En junio de ese mismo año se reúnen en Tarazona, Fernando II de León, Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón. Pocos meses después caerá Cuenca, y Alfonso VIII cancelaba el vasallaje que el rey de Aragón le debía por Zaragoza por la ayuda prestada. También se trataron la situación del Reino de Navarra y las actuaciones contra el Islam.

El 20 de marzo de 1179 se firma en Soria el Tratado de Cazola, suscrito por Alfonso II de Aragón y Alfonso VIII de Castilla. El nuevo pacto adjudica a la Corona de Aragón la conquista y términos de Játiva, Denia y Biar (desde el castillo hasta Calpe en dirección a Valencia). La Corona de Castilla se quedaba la tierra situada al otro lado del castillo de Biar, además de repartirse el Reino de Navarra, como ya se había hecho con el Tratado de Carrión (1137-1140), el Tratado de Tudilén (1151), el Tratado de Lérida (1157) y el Tratado de Cuenca (1177).

En marzo de 1197 se reúnen en Tarazona, a instancias del rey aragonés Alfonso II El Casto, Alfonso VIII de Castilla y Sancho VII de Navarra, firmando una tregua y restableciéndose nuevamente la concordia entre ambos reinos. El rey navarro Sancho VII rompió la tregua ese mismo año, por lo que Alfonso VIII de Castilla, tras firmar la paz con el rey leonés Alfonso IX y con los almohades, llevó a cabo una serie de campañas entre 1198-1200 que terminaron incorporando Alava y Guipúzcoa a la Corona de Castilla.

El 16 de julio de 1212, Alfonso VIII de Castilla, con la ayuda de Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra y las Ordenes Militares, venció a los sarracenos en la batalla de las Navas de Tolosa. El ejército de Pedro II de Aragón integraba la retaguardia del flanco izquierdo del ejército cristiano, donde se encontraba uno de sus más cercanos consejeros, el Obispo de Tarazona, don García Frontín I.

El Obispo de Palencia, don Tello Téllez de Meneses participó en la batalla acompañando con sus tropas al rey Alfonso VIII de Castilla. Como el Papa Inocencio III había decretado como Cruzada la guerra contra los almohades, además de los Obispos de Palencia y Tarazona acudieron también los de Toledo, Sigüenza, Osma, Avila y Plasencia. La derrota del califa Miramamolín en las Navas de Tolosa abrió el camino para la reconquista de Al-Andalus.

Con motivo de la victoria de las Navas de Tolosa, el rey Alfonso VIII de Castilla otorgó el reconocimiento oficial al Studium Generale de Palencia, convirtiéndose en la primera Universidad de España, concediéndola una renta anual. Esto había comenzado a suceder en Europa con otras instituciones de prestigio similares como Bolonia, Oxford, París o Cambridge. Tras el fallecimiento de Alfonso VIII el 6 de octubre de 1214, la Universidad de Palencia entró en crisis, agravándose con el paso de los años, no pudiendo evitarse a pesar de los esfuerzos del rey castellano-leonés Fernando III El Santo y la protección del Papa Honorio III. En 1263 cuando la Universidad de Palencia se encontraba cercana a la desaparición, el Papa Urbano IV la otorgó los mismos privilegios que tenía la Universidad de París.

 

Jaime I de Aragón El Conquistador (1208-1276), hijo de Pedro II El Católico y de María de Montpellier, heredero de la Corona de Aragón y de los emperadores de Bizancio, el 6 de febrero de 1221 casó en la ciudad soriana de Ágreda con Leonor de Castilla (hija de Alfonso VIII de Castilla y doña Leonor de Aquitania, sobrina de Ricardo Corazón de León, hermana de la reina Berenguela de Castilla y tía de Fernando III El Santo).

Tras el enlace, la comitiva nupcial se trasladó a Tarazona para que el rey aragonés fuera envestido Caballero en la Catedral, donde él mismo se ciñó la espada.

Jaime I de Aragón fue rey de Aragón, de Valencia y de Mallorca, conde de Barcelona, conde de Urgel, señor de Montpellier y de otros feudos en Occitania.

Las Cortes de Aragón de 1283 se celebraron en Tarazona, donde los nobles e infanzones se unieron en Liga para defender sus reivindicaciones comunes de clase contra el rey Pedro III El Grande (1276-1285), convirtiéndose en unos de los grandes obstáculos al poder regio.

El rey aragonés debilitado tuvo que ceder en diversas concesiones y garantizar lo que se denominó Privilegios de la Unión. Se reforzaba la figura del Justicia de Aragón, elegido entre la nobleza, aunque ejercía la justicia por encargo regio.

 

Jaime II El Justo, rey de Aragón, de Valencia y conde de Barcelona (1291-1327) y rey de Sicilia (1285-1302), con los títulos honoríficos de Portaestandarte, Almirante y Capitán General de la Santa Iglesia Católica, segundo hijo de Pedro III de Aragón y Constanza II de Sicilia, heredó la Corona de Aragón al morir sin descendencia su hermano Alfonso III. Casó con la infanta Isabel de Castilla (hija de Sancho IV de Castilla y María de Molina, hermana de Fernando IV de Castilla).

Durante su reinado la ciudad de Tarazona recibió diversas concesiones: En 1301 la autorización para celebrar dos ferias al año. En 1323 el disfrute del Moncayo para los turiasonenses. En 1327 el privilegio de franqueza para los vecinos.

Alfonso IV El Benigno, rey de Aragón, de Valencia, de Cerdeña y de Córcega, conde de Barcelona, segundo hijo de Jaime II de Aragón y de su segunda esposa Blanca de Anjou, se convirtió en rey a la muerte de su padre Jaime II en 1327, tras la renuncia de su hermano Jaime que tomó los hábitos en 1319. Casó en primeras nupcias, el 10 de septiembre de 1314, con doña Teresa de Entenza (heredera del condado de Urgel) en la Catedral de Lérida.

El 5 de febrero de 1329, casó en segundas nupcias con doña Leonor de Castilla (hija de Fernando IV de Castilla) en la Iglesia de San Francisco de Tarazona, normalizando las relaciones con la Corona de Castilla.

Alfonso IV de Aragón murió en Barcelona el 27 de enero de 1336. Los reinos de Aragón, Valencia y Cerdeña, el condado de Barcelona y otros territorios supeditados a éste, fueron heredados por el segundo hijo de su primer matrimonio Pedro IV el Ceremonioso. Dos meses antes de su muerte, su segunda esposa y los dos infantes de su segundo matrimonio (Fernando de Aragón y Castilla, Juan de Aragón y Castilla) huyeron a Castilla temiendo las represalias de Pedro IV El Ceremonioso.

 

La creciente inestabilidad vivida en Castilla en los últimos tiempos con grandes problemas con la nobleza, unido a la histórica aspiración de la región de Murcia por parte aragonesa, que temían perder la influencia mediterránea, provocó una serie de enfrentamientos entre Castilla y Aragón entre 1356-1369, conocidos como la Guerra Castellano-Aragonesa o la Guerra de los Dos Pedros, dado el nombre de los monarcas que se enfrentaban: Pedro I El Cruel de Castilla y Pedro IV El Ceremonioso de Aragón.

La contienda movilizó grandes cantidades de soldados en ambos lados, aunque los enfrentamientos transcurrieron en pequeñas razzias fronterizas. En los inicios el conflicto se inclinó favorablemente del lado castellano con mayor superioridad numérica. La Guerra se generalizó entrando a formar parte países como Francia, Inglaterra, Gales y el reino de Granada, algunos de estos países ya inmersos en la Guerra de los Cien Años.
La Corona de Aragón logró equilibrar el conflicto bélico logrando algunas victorias como en la Batalla de Araviana.

La ciudad de Tarazona fue ocupada durante nuevos años por las tropas castellanas en la Guerra de los Dos Pedros, sufriendo enormes daños. Los aragoneses recuperaron la ciudad en 1366 con la ayuda del ejército francés.

En la reconstrucción de la ciudad participaron activamente los hermanos Pérez Calvillo (Pedro Pérez Calvillo, Obispo de Tarazona 1354-1391 y Fernando Pérez Calvillo, Obispo de Tarazona 1391-1404, cardenal en 1397).

Pedro Pérez Calvillo compró la Zuda en 1376 para convertirla en la casa del obispo. El cardenal Fernando Pérez Calvillo finalizó las obras de la capilla catedralicia, donde ambos hermanos están enterrados.

 

En 1484 don Juan de Aragón y Castilla (1478-1497), segundo hijo de los Reyes Católicos, jura a los cuatro años como heredero de Aragón por los Estamentos reunidos en las Cortes de Tarazona. Con dos años fue investido Príncipe de Asturias para legitimar su posición como heredero a la Corona de Castilla. Las Cortes en Tarazona conllevaron la estancia de los Reyes Católicos durante cuatro meses en el Palacio Episcopal.

En 1495 se celebran Cortes en Tarazona con la presencia de los Reyes Católicos, que se alojaron en el Palacio Episcopal. Las sesiones se celebraron en la cercana Iglesia de la Magdalena. En la capilla de la Piedad del Convento de San Francisco se ordenó Arzobispo Primado de Toledo a Fray Francisco Jiménez de Cisneros. También se ordenó al religioso y diplomático Bernardo Boyl como primer Vicario Apostólico de América, que partió en el siguiente viaje con Cristóbal Colón. Además, se decidió establecer y determinar la población de Aragón, realizándose el primer censo completo del reino.

En el siglo XVI Tarazona experimenta un despliegue económico y demográfico: se construyen nuevos conventos y se comienza a construir una lonja para mercaderes (Palacio Municipal en el siglo XVI). El centro comercial, político y social abandona la Plaza de la Cárcel Vieja y se traslada a esta zona, que se denomina Plaza del Mercado.

TARAZONA: LAS ALTERACIONES DE ARAGÓN

Las tensiones acumuladas en el reino de Aragón durante el siglo XVI culminaron en Zaragoza entre 1590-1591.

En la capital del reino se había fortalecido la posición de los fueristas al concentrarse problemas que producían motivos de inquietud, como la llegada de don Íñigo Hurtado de Mendoza y de la Cerda 'Marqués de Almenara', delegado del rey para iniciar el Pleito del virrey extranjero, el nombramiento de los Inquisidores Molina de Medrano y Juan de Mendoza y la ejecución de Antonio Martón.

La llegada de Antonio Pérez fue el nuevo elemento decisivo para hacer estallar las tensiones latentes ya hacia mucho tiempo. La habilidad del antiguo secretario de Felipe II convirtió su asunto entre un pulso entre Felipe II y los fueristas aragoneses. El monarca temeroso de que la justicia aragonesa pudiera dejar sin castigo a Antonio Pérez, decidió que la Inquisición le acusase de herejía. Decisión que excitó todavía más los ánimos de los fueristas y el pueblo zaragozano, siempre reacio a admitir al Santo Oficio.

El Tribunal Inquisitorial reclamó al Justicia de Aragón, Juan de Lanuza y y Perellós, la persona de Antonio Pérez, preso en la cárcel de los Manifestados para ser trasladado a la cárcel de la Inquisición.

 

Las autoridades dispusieron que el traslado de Antonio Pérez se realizase el 24 de septiembre de 1591. Pocos días antes había muerto el Justicia de Aragón y, de acuerdo con lo dispuesto por el rey, le sucedió en el cargo su hijo Juan de Lanuza y Urrea.

Cuando se llevó a efecto el traslado se produjo un altercado violento, el pueblo zaragozano amotinado intento liberar a Antonio Pérez, varios hombres resultaron heridos en el enfrentamiento, entre ellos el propio Marqués de Almenara, que murió a los pocos días.

El antiguo secretario del Rey, Antonio Pérez, y algunos de sus partidarios fueron liberados y salieron de la ciudad en dirección a Francia. Cuando la noticia llegó a la Corte, Felipe II ordenó la reunión de una Junta de Estado, que decidió reforzar la frontera con Francia, para evitar que se ayudase a los sublevados y tratar de aprehender al fugitivo.

Antonio Pérez, sin acceso a Francia, decidió regresar a Zaragoza donde permaneció en contacto con los lideres del amotinamiento, intentando convencerles de que el ejército real iba a entrar en Aragón para derogar sus Fueros.

Las autoridades aragonesas, desoyendo la orden real, cedieron las armas a los amotinados que se hicieron con el control de Zaragoza.

El 15 de octubre de 1591 la Corte comunica a las universidades y nobles del reino que un ejército capitaneado por Alonso de Vargas iba a entrar en Aragón, donde permanecería hasta restaurar el respecto debido a la Inquisición y hasta lograr que el uso y el ejercicio de las Leyes y Fueros de aquel Reino estuviere expedito y libre.

La entrada de las tropas castellanas, por tratarse de un ejército extranjero, suponía un grave contrafuero y por ello el deán de La Seo informa a Felipe II: Es muy justo resistirles por los medios que las leyes de este Reino, dadas por nuestros Reyes, presentan y disponen.

Los partidarios de Antonio Pérez solicitaron a la Diputación que declarase Contrafuero la entrada del ejército real en Aragón y que ordenara la resistencia armada en su contra. La Diputación aprobó el dictamen de los letrados que dictaminaba que la entrada de fuerzas armadas extranjeras para imponer la justicia violaba el Fuero segundo del Privilegio General. Una vez que fue pasado al Justicia para que lo estudiase y dictaminase si era o no Contrafuero, se confirmó el Contrafuero y ordenó la resistencia a las tropas reales.

Las universidades del reino, a excepción de Jaca, Daroca, Teruel y Caspe, con los pueblos de su entorno, se mostraron indecisas ante la orden de los diputados de que se les enviaran tropas. En Zaragoza comenzó a cundir el desánimo.

 

En Zaragoza mientras que los partidarios de Antonio Pérez permanecieron en la ciudad había una opinión favorable a la resistencia, en el resto de Aragón había mucha desconfianza puesto que los mismos que no habían apoyado al Justicia para devolver a Antonio Pérez a la Inquisición ahora solicitasen apoyar al Justicia en contra de Felipe II.

Algunos Consistorios enviaron fuerzas a Zaragoza, mucho menos de las que se esperaban. La mayoría de las ciudades (entre ellas Tarazona) y universidades contestaron al Justicia con una carta donde expresaban que no iban a enfrentarse al rey para así proteger a los quebrantadores de sus propias Leyes. Las Diputaciones de Cataluña y Valencia tampoco mandaron fuerzas, aunque Cataluña trato de interceder ante el rey para que no dejase entrar al ejército.

El Justicia nombró como capitanes de su fuerza a los partidarios de Alfonso Pérez, los mismos que se habían amotinado en contra de las disposiciones para entregar a Pérez a la Inquisición. El ejército real entró en Aragón el 7 y 8 de noviembre, con doce mil hombres de infantería, dos mil de caballería y veinticinco piezas de artillería. El ejército del Justicia de Aragón, que salió de Zaragoza el 8 de noviembre, contaba con apenas dos mil hombres, menos experiencia y equipamiento.

El Justicia Mayor había ordenado la destrucción del Puente de Alagón, sobre el Jalón, para entorpecer el avance de las fuerzas reales, pero sus órdenes fueron ignoradas y el ejército real a las órdenes de Alonso de Vargas encontró el puente indefenso e intacto avanzando sin oposición recibiendo la adhesión y ayuda de los señores locales.

Al conocer el Justicia en Utebo que las tropas reales se dirigían sin impedimentos a Zaragoza, decidió abandonar a sus tropas y huir a Épila donde se encontraba el Duque de Villahermosa y el Conde de Aranda.

El ejército aragonés de Utebo se dispersó en todas las direcciones, huyendo Antonio Pérez y sus principales partidarios a la localidad francesa de Bearn.

El 12 de diciembre de 1591 entraba sin oposición el ejército real en Zaragoza.

 

Felipe II convoca en Tarazona el 15 de junio de 1592 las Cortes del Reino de Aragón, siendo las primeras cortes aragonesas tras la entrada del ejército real para sofocar las Alteraciones de Aragón. Las Cortes se clausuraron el 2 de diciembre de 1592.

Las Cortes se convocaron por Cédula emitida en Madrid el 6 de abril de 1592 para iniciarse el 9 de mayo en la ciudad de Tarazona, ciudad aragonesa más próxima con Castilla. Debido a sus responsabilidades y estado de salud, Felipe II solicitó que se permitiese que las Cortes fueran inauguradas y presididas por don Andrés de Cabrera y Bobadilla, Arzobispo de Zaragoza, prometiendo asistir a su clausura.

Después de negociarse, se aceptó la propuesta y pudieron ser inauguradas el 15 de junio de 1592, siendo el Obispo de Huesca haciendo la respuesta a ña proposición real, en lugar del Arzobispo de Zaragoza como era costumbre.

Quedando vacante el cargo de Justicia de Aragón, desde la ejecución de don Juan de Lanuza y Urrea, desempeñó como Regente del Oficio de Justicia don Martín Bautista de Lanuza, posteriormente nombrado presidente del Consejo Supremo de la Corona de Aragón.

El Arzobispo de Zaragoza, don Andrés de Cabrera y Bobadilla, falleció el 25 de agosto de 1592, por lo que fue habilitado el Regente del Consejo Supremo de Aragón para celebrar el solio de aprobación del Fuero, autorizando la toma de decisiones por mayoría de los brazos.

Las Cortes de Tarazona de 1592 modificaron los Fueros de Aragón (concedidos por Jaime I en 1247 en Cortes Generales en Huesca, confirmados por Pedro III en el Privilegio General en 1283 y se extiende a todo el Reino) incrementando el poder y control del rey y sus funcionarios, especialmente en materia militar. El Justicia de Aragón pasó a ser elegido directamente por el monarca.

En Tarazona el futuro Felipe III juró los Fueros de Aragón como heredero al Reino de España. En agradecimiento al pueblo turiasonense por apoyar a su padre regaló a la ciudad una coraza de plata labrada.

La expulsión de los moriscos del Reino de Aragón, decretada por Felipe III el 29 de mayo de 1610, supuso una importante pérdida para Tarazona, algunas poblaciones del valle del Queiles quedaron deshabitadas.

Tarazona recuperó la reliquia de San Atilano en 1644, patrono de la ciudad.

 

Tarazona apoyó a Felipe V durante la Guerra de Sucesión, en recompensa por la fidelidad, la ciudad recibió en 1707 los títulos de
Fidelísima y Vencedora y la Flor de lis, que luce en su escudo.

Tarazona durante el siglo XVIII era la segunda población de Aragón, sólo superada por Zaragoza.

Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal. Es uno de los monumentos más antiguos de la ciudad.

En la Iglesia de Santa María Magdalena en 1170 se casó Alfonso VIII de Castilla con doña Leonor Leonor Plantagenet o Leonor de Inglaterra, padres de Enrique I de Castilla; doña Berenguela de Castilla (esposa de Alfonso IX); doña Urraca (casada con Alfonso II de Portugal); doña Blanca (esposa de Luis VIII de Francia), y doña Leonor (casó con Jaime I de Aragón).

Doña Leonor Plantagenet era hija de Enrique II de Inglaterra y doña Leonor de Aquitania, tuvo varios hermanos, entre ellos los reyes de Inglaterra, Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierra.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Desde el río Queiles, panorámica de la Torre de la Magdalena y del Palacio Episcopal, emplazado sobre la antigua Zuda musulamana.

El Palacio Episcopal, junto a la Torre de la Magdalena, es el conjunto arquitectónico más emblemático de Tarazona, enclavado estratégicamente, dominando el casco urbano de la ciudad y todo el valle, con un gran protagonismo en la historia.

Emplazado sobre la antigua Zuda (fortaleza) musulmana, en 1119 pasó a ser propiedad de la Corona de Aragón tras la conquista de la ciudad por Alfonso I.

En 1312 fue cedido al vecino de Tauste, don Esteban de Rodona, pasando en 1386 a ser propiedad del Obispo don Pedro Pérez Calvillo (1354-1391), cuando compra el edificio para ser la nueva Sede Episcopal. Desde entonces se inicia una profunda transformación, que no terminó hasta el episcopado de don González de Munébrega (1547-1567).

Al período 1386-1442 corresponde un primer conjunto gótico con fuertes muros y taludes de sillería con al menos un torreón de tres alturas, siendo unidas las dos inferiores en 1985 cuando se rehabilitaron como Salas de Exposiciones de los bajos de Palacio. Entre 1433-1443, con el Obispo Martín Cerdán, el cuerpo recrecido en ladrillo para alojar una entreplanta y una Sala de Recepciones cubierta con una espléndida techumbre, más tarde denominada Salón de los Obispos.

En el siglo XVI se ordenó la gran fachada meridional que da al río Queiles, abandonando el edificio su aspecto militar para transformarse en un palacio renacentista.

La fachada sur se presenta en forma de retablo exterior, se sustenta sobre seis grandes arcos de medio punto levantados en ladrillo sobre los que vuelan las galerías superiores, obra que se efectúo con el Obispo don González de Munébrega (1547-1567), cuyo escudo figura en el estribo de cada uno de los arcos.

Destaca la cúpula de la escalera noble, el Patio, el Salón de retratos de Obispos, obras de Pietro Morone.

En 1592 el rey Felipe II, tras las Alteraciones de Aragón, convocó a las Cortes de Aragón en este edificio, reformando las instituciones aragonesas:  El rey se reservaba el derecho de nombrar a un Virrey no aragonés; la Diputación del Reyno (Comité de las Cortes) perdió el control sobre los ingresos aragoneses y vigilancia regional, quitando el poder de llamar a representantes de las ciudades; el rey tenía el derecho de retirar de su puesto al Justicia de Aragón; la Corte de Justicia quedaba bajo el control del rey; y se modificaron aspectos del sistema legal aragonés.

En la primera mitad del siglo XX se venden las tres techumbres mudéjares del Palacio Episcopal al magnate americano William Randolph Hearst.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Panorámica de Tarazona desde el río Queiles, destaca la Torre de la Iglesia de Santa María Magdalena, antigua catedral turiasonense en el Barrio del Cinto, junto al actual Palacio Episcopal.


Vista de la Catedral de Santa María de la Huerta, conocida como la Capilla Sixtina del renacimiento español por las pinturas únicas que alberga en el cimborrio.
Se sitúa en la actual Plaza de la Seo, en el margen derecho del río Queiles, junto al renacentista Palacio de Eguarás (construido entre 1557-1565).

TARAZONA, Turiasu, Turiaso, Tirasona (Zaragoza)