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María Pacheco era hija de don Iñigo López de Mendoza (I Marqués de Mondéjar y II Conde de Tendilla, conocido como 'El Gran Tendilla'), y de Francisca Pacheco (hija de Juan de Pacheco, I Marqués de Villena).

María adoptó el apellido materno para diferenciarse al tener dos hermanas con el mismo nombre. Como otros hermanos suyos, María era una mujer culta, con conocimientos del latín, griego, matemáticas, letras e historia.

Según documentación existente, parece ser que María Pacheco no estaba conforme cuando el 10 de noviembre de 1510 se firman los esponsales con Juan de Padilla, noble toledano de rango inferior. En el acuerdo la obligan a renunciar a sus derechos de herencia paterna a cambio de una dote de cuatro millones y medio de maravedíes.

En los escritos de la época, ella aparece como 'Doña María Pacheco', mientras que su marido tiene el trato de 'Juan de Padilla'.

Se desconoce la fecha de su nacimiento, aunque existe documentación en donde consta que el 18 de agosto de 1511 se casóo en Granada con el caballero toledano Juan de Padilla cuando sólo tenía quince años

Al suceder Juan de Padilla a su padre en el cargo de capitán de gentes de armas, el matrimonio se trasladó a Toledo en 1518.

Con ansias de poder, María Pacheco en abril de 1520 instigó a su pacífico marido a que uniera Toledo a las Comunidades.

Juan de Padilla con las tropas toledanas acudió a Segovia en ayuda del primo de María, Juan Bravo 'regidor de Segovia', para combatir a las fuerzas imperiales de Rodrigo Ronquillo.

El 29 de julio de 1520 se constituye en Ávila la Junta de Comuneros, se rompe institucionalmente con Carlos I, se nombró a Juan de Padilla como capitán general, y se organizó la rebelión y todo lo concerniente con el gobierno de Castilla. Padilla regresa a Toledo cuando tiene que ceder el mando de capitán general del ejército comunero a Don Pedro de Girón.

El regente, cardenal Adriano de Utrecht, logró juntar un ejército para pelear contra los comuneros, gracias a que el virrey de Navarra proporcionó las tropas y el rey de Portugal el dinero, se puso al mando del ejército realista al Conde de Haro.

La falta de capacidad organizativa, unidas a las traiciones de Pedro Girón, que mandaba el ejército popular, y de Pedro Lasso, que defendía a Valladolid, ocasionaron que Padilla regresara a Valladolid el 31 de diciembre de 1520 con un nuevo ejército toledano.


Batalla de Villalar, 23 abril de 1521

Las tropas de Padilla fueron alcanzadas por las del Conde de Haro cerca de Villalar.

En una desigual batalla el día 23 de abril de 1521, Padilla fue vencido y hecho prisionero. Conducido a Villalar fue decapitado al día siguiente, pese a las cartas de petición de amnistía que escribieron tanto la ciudad de Toledo como su esposa, María Pacheco.

Con él murieron Juan Bravo, Francisco y Pedro Maldonado, y otros partidarios de la causa comunera.

Mientras que Juan Padilla combatía a las tropas realistas en campos vallisoletanos,  María Pacheco se encargó de gobernar Toledo hasta la llegada del obispo Acuña el 29 de marzo de 1521.

A partir de este momento, el gobierno de Toledo fue compartido con una gran rivalidad entre los dos personajes que deseaban la mitra toledana, María Pacheco para su hermano Francisco de Mendoza.

Al recibir las noticias de la batalla de Villalar, el obispo Acuña huye intentando llegar a Francia.

Por otra parte, un tío de María Pacheco, el II Marqués de Villena, intentó en vano hacer de mediador entre las tropas comuneras y el ejército realista.

El ejército de Navarra tuvo que abandonar al ejército imperial para combatir la invasión francesa.

La ciudad de Toledo pudo entonces mantener nueve meses la causa comunera después de la batalla de Villalar. En este paréntesis muchos comuneros lograron el perdón luchando contra Francia. Mantener el orden en Toledo se convirtió en una situación difícil, para conseguirlo María Pacheco llegó a apuntar los cañones del Alcázar contra los toledanos.

En medio de esta complicada situación, Toledo se encontraba cercada por las tropas imperiales al mando del Prior de San Juan. El 1 de septiembre de 1521 comenzó el bombardeo contra Toledo.

El 25 de octubre de 1521 se firmó una tregua y los comuneros evacuaron el Alcázar, María Pacheco seguía manteniendo el control de la ciudad, poco después prosiguieron las hostilidades.

El 3 de febrero de 1522 , una traición permitió que el ejército real, al mando de Antonio Zuñiga, entrara en Toledo.

Gracias a la connivencia de don Luis Hurtado de Mendoza, II Marqués de Mondéjar, María Pacheco con su hijo de corta edad logró abandonar la ciudad.

María Pacheco fue condenada a muerte en rebeldía en 1524.

A pesar de los intentos de sus hermanos, Luis Hurtado de Mendoza 'Marqués de Mondéjar' y Diego Hurtado de Mendoza (embajador de Carlos I), María Pacheco no logró el perdón del monarca Carlos I, viviendo en Oporto (Portugal) hasta su muerte en marzo de 1531 gracias a la caridad del arzobispo de Braga.

 

 

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