El 1 de abril de 1940, celebrado oficialmente el primer aniversario del final de la Guerra Civil, Franco ante un numeroso séquito* hizo explotar en Cuelgamuros el primer barreno de la gigantesca obra.
& El séquito estaba formado por su mujer, Carmen Polo, Rafael Sánchez Mazas, Ramón Serrano Súñer, el arquitecto Pedro Muguruza, los embajadores de Italia y Alemania, los generales - José Millán Astray, Andrés Saliquet Zumeta, José Enrique Varela Iglesias y Eduardo Sáenz de Buruaga -, distintos miembros del Gobierno y dirigentes falangistas.
Durante la década de los 40 se fue adjudicando por concurso las distintas partes del proyecto: La empresa San Román (filial de Agromán) se encargó de la perforación de la cripta. La empresa madrileña Molán se encargo de construir el Monasterio Benedictino. Hijos de Banús se encargaron de la carretera de acceso. El portugués Manuel Rodríguez Crisógono comenzó a construir la gran exedra.
Los obreros, salvo una decena de voluntarios, eran presos de guerra reclutados de las cárceles, en un número aproximado a veinte mil a lo largo de los años, que buscaban salir de las prisiones llenas e insalubres para trabajar al aíre libre. |
Trabajos en la base de la Cruz del Valle de los Caídos, según diseño de Diego Méndez. El engarce con la Cruz se cubrió con gigantescas esculturas de los cuatro Evangelistas de Juan de Ávalos.
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