El Puente de San Pablo fue reparado en varias ocasiones, destacando las obras realizadas en el siglo XVI y siglo XVIII (efectuadas por el arquitecto Julián de Arbaiza). La Corporación Municipal de Burgos, a mediados del siglo XX, decidió ampliar el Puente para honrar al Cid Campeador, según el proyecto del arquitecto Fernando Chueca Goitia, tras un concurso nacional quedó designado Joaquín Lucarini, encargándose de plasmar en 1954 ocho estatuas de piedra de Hontoria (cuatro a cada orilla del río Arlanzón marcando el camino que siguió el Cid en su destierro a Valencia).
Las estatuas en piedra se dispusieron en forma de cortejo que acompaña al Cid en la salida de la ciudad de Burgos hacia el destierro. En el margen derecho del río Arlanzón, Doña Jimena (esposa del Cid), San Sisebuto (abad del Monasterio de San Pedro de Cardeña), Ben Galbón (alcalde de Molina de Aragón, amigo del Cid), Jerónimo de Perigord (monje del 'Cantar de Mío Cid', ilustrando al clérigo que se une al Cid en su destierro en la lucha contra los moros, recibiendo el obispado de Valencia). En el lado izquierdo del río, Diego Rodríguez (único hijo varón del Cid), Martín Antolínez (burgalés cumplido), Martín Muñoz (conde de Coimbra) y Alvar Fañez Minaya (sobrino del Cid, hombre de su confianza que le acompañó en el destierro).
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