Cartuja 'Santa María de Miraflores', Portal Fuenterrebollo

Elige Armas

Econometría
Sufragio Femenino Madrid Antiguo
Masonería
Hispanomusulmanes
Estados Pontificios
África Español
Vexilología
Constituciones Españolas
Numismática

BURGOS

CARTUJA 'SANTA MARÍA DE MIRAFLORES'

Enrique III 'El Doliente' sobre 1400 levantó en este lugar un palacio para holgar. Su hijo, el rey castellano-leonés Juan II, cumpliendo la voluntad de su padre cedió el palacio a una Comunidad de Cartujos.

Fachada de la Cartuja 'Santa María de Miraflores' de Burgos.
La Cartuja 'Santa María de Miraflores fue fundada en 1442 por el rey Juan II de Castilla, esta Cartuja es, en realidad, obra casi exclusiva de su hija la reina Isabel 'La Católica'.
De estilo gótico del fin de siglo XV, fue construida sobre los restos de un palacio de caza, según los planos y dirección de Juan de Colonia y su hijo Simón.

Entrada a la Cartuja 'Santa María de Miraflores' de Burgos.

Una vez pasada la galería de entrada, nos encontramos con la fachada principal y la puerta de la iglesia que está encuadrada por un arco ojival. En el tímpano hay una imagen de la 'Piedad', es decir, de la Santísima Virgen con el Hijo muerto en sus brazos. A la izquierda del arco, figuran las armas reales de Castilla y León y, a la derecha, el blasón con la banda 'engolada', distintivo personal del rey Juan II que se repite en el interior de la iglesia.

Coro de los Padres de la Cartuja 'Santa María de Miraflores'.
El Coro de los Padres, de nogal oscuro, formado por cuarenta sillas talladas por Martín Sánchez de Valladolid en 1489. Los dibujos de los respaldos se relacionan entre sí con gran armonía y, sin embargo, vistos de cerca, puede comprobarse que cada uno es distinto.
El facistol, situado en medio del Coro, hace juego con la sillería y sirve para sostener los libros utilizados en la misa y, sobre todo, en los oficios litúrgicos, llamados 'maitines', que se cantan a medianoche.
También es de admirar la sillería renacentista del Coro de los Hermanos, realizada hacía el año 1558 por el cántabro Simón de Bueras. Anterior a la sillería, a la derecha, se encuentra la Puerta de la Clausura que llama la atención por la primorosa talla de los Evangelistas y Padres de la Iglesia; a la izquierda, una capilla presidida por un gran retablo de reliquias estilo greco-romano procedente de Flandes.

Gil de Siloé, el mayor escultor hispánico de final de la Edad Media - Portal Fuenterrebollo

El retablo de la iglesia de la Cartuja de Miraflores, terminado en 1499, es obra de Gil de Siloé en plena madurez de su creación artística. La excelente policromía, de la mano de Diego de la Cruz, incluye el empleo de una técnica conocida como 'brocado aplicado'.
Los sepulcros del rey castellano-leonés Juan II (hijo de Enrique III y de doña Catalina de Lancaster) y de su segunda esposa doña Isabel de Portugal, así como del hijo de ambos, el infante don Alfonso (hermano de la reina Isabel la Católica), son obra de Gil de Siloé.

Retablo de la iglesia de la Cartuja de Miraflores, terminado en 1499 por el gran escultor hispano Gil de Siloé. La excelente policromía es obra de Diego de la Cruz, donde incluye una técnica conocida como 'brocado aplicado'.
A los pies, a la izquierda, el sepulcro del infante don Alfonso. De frente, los sepulcros de Juan II y de su esposa doña Isabel de Portugal. Los sepulcros son obra de Gil de Siloé.

Detalle del sepulcro del rey castellano-leonés Juan II y de su segunda esposa doña Isabel de Portugal, padres del infante don Alfonso y de la futura reina Isabel 'La Católica'.

Detalle del sepulcro del infante don Alfonso, hijo del rey Juan II y de doña Isabel de Portugal. Obra de Gil de Siloé, Cartuja de Miraflores (Burgos).

Croquis del Retablo de la Iglesia de la Cartuja de Miraflores (Burgos).

Siguiendo el croquis se ve como en el cuerpo superior del retablo destaca una gran corona de ángeles (1), que dibujan la forma de la Hostia consagrada en la Misa, de la cual el centro geométrico es Cristo en la Cruz (2). Aquí Gil de Siloé ha logrado en la cabeza de Cristo una de sus más extraordinarias tallas. Sostienen la cruz el Padre Eterno (3), con capa pluvial y tiara pontificia, y el Espíritu Santo (4) representado curiosamente como un joven revestido de túnica y con la corona imperial.
Sobre la cruz, el pelícano (5), símbolo del amor divino, se desangra por sus polluelos. Al pie de la cruz, la Madre (6) y San Juan (7), el discípulo amado. En los círculos de los ángulos, todavía dentro del gran círculo formado por los ángeles, hay cuatro escenas de la Pasión (8).
A su vez la gran corona de ángeles está enmarcada, como si fueran columnas, por las figuras de San Pedro (9) y San Pablo (10), los pilares sobre los cuales Cristo fundó su Iglesia. Sobre ellos, los evangelistas-apóstoles San Juan (11) y San Mateo (12). Debajo los otros dos evangelistas San Marcos (13) y San Lucas (14). En los espacios triangulares (15) están los cuatro doctores de la Iglesia Occidental venerados por su santidad de vida y la profundidad teológica de sus escritos: Gregorio, Ambrosio, Jerónimo y Agustín.
El cuerpo inferior tiene su propio centro en el sagrario (16) que contiene la presencia viva y sacramental de Cristo. Sobre el sagrario, hay un nicho cuadrado (17) que alberga una serie de altorrelieves fijos a un torno giratorio. Su fin es ayudar a los monjes a vivir con más intensidad los tiempos litúrgicos celebrados a lo largo del año, ya que cada uno de estos relieves corresponde a una de las grandes fiestas del calendario de la Iglesia: el Nacimiento de Jesús, el Bautismo, la Resurrección, la Ascensión, Pentecostés y la Asunción de María.
A cada lado del Sagrario están los santos patronos de la vida solitaria nuestra: Juan Bautista (18) y María Magdalena (19). Al mismo nivel pero más laterales están Santa Catalina de Alejandría (20) - nombre de la madre del rey Juan II - y Santiago Apóstol (21), invocado como patrono de España y 'guiador' de sus reyes. Entre estas estatuas y en un plano superior Gil de Siloé completó las series de círculos con otros dos, a la izquierda la Asunción (22) y a la derecha la Adoración de los Magos (23). Debajo de ellos, dos altorrelieves representan la Última Cena (24) y el Prendimiento (25). En los extremos, están el rey Juan II (26), 'guiado' por el apóstol Santiago e Isabel de Portugal (27) protegida por su santa patrona que tiene a su lado su hijo, San Juan Bautista. Sobre el rey la reina están sus respectivos escudos (28 y 29).

Detalle del Retablo de la Iglesia de la Cartuja de Miraflores (Burgos).

El rey Juan II 'guiado' por el apóstol Santiago.

La reina doña Isabel de Portugal protegida por su santa patrona que tiene a su lado su hijo, San Juan Bautista.

Altorrelieve representando la Última Cena, retablo de la Cartuja de Miraflores.

También son obra de Gil de Siloé los sepulcros reales donde descansan los restos de Juan II e Isabel de Portugal, padres de Isabel 'La Católica' y los de su hermano , el infante Alfonso. Es tal el detalle y filigrana cincelados en el alabastro y tan exuberante el simbolismo que, con razón, se los consideran 'alarde de inspiración y belleza'.

Panorámica de los sepulcros de los reyes Juan II e Isabel de Portugal y el del infante Alfonso.

El atrio de la iglesia de la Cartuja de Miraflores tiene una bóveda de crucería cuyos arcos y nervios se adornan en su intersección con estrellas de piedra finamente calada. En la pared lateral derecha, puede verse un ventanal, oculto durante siglos y descubierto recientemente, que perteneció, lo mismo que el muro en que está abierto, al palacio de Enrique III 'El Doliente', padre del rey fundador Juan II.
El interior de la iglesia presenta una vista admirable. El arquitecto Juan de Colonia, respetando el estilo y tradiciones cartujanas, construyó la iglesia con una sola nave, y ésta sorprende por su longitud y proporcionada altura.
Todos los monasterios de la Orden están dedicados a la Santísima Virgen, éste de Miraflores bajo la advocación de la Anunciación. Una de las más bellas pinturas de este escena es la tabla que cuelga al entrar, a mano derecha, pintada por Pedro Berruguete a principios del siglo XVI, donde destaca el colorido del cuadro y el asombroso dominio de la perspectiva.

Retablo de la iglesia de la Cartuja de Miraflores.

BURGOS