Elige Armas

Duque Lerma
Paz de Westfalia
Tratado Pirineos
Felipe IV
Comuneros Castilla
Egipto, Embalsamar
La Inquisición
Masonería

Gaspar de Guzmán y Pimentel ' Conde-Duque de Olivares' (1587-1645)

& Nació en Roma el 6 de enero de 1587 y murió en Toro (Zamora) en 1645. Fue el tercer hijo de don Enrique de Guzmán, II Conde de Olivares y Embajador de Felipe II en Roma, y de doña María Pimentel de Fonseca.
Los primeros años de su vida transcurrieron por Roma, Sicilia y Nápoles, ciudades donde su padre desempeñaba cargos diplomáticos.
Como segundón de una familia noble, fue educado para dedicarse al estado eclesiástico. La muerte de su hermano mayor, Jerónimo, y después, en 1604 la muerte de su segundo hermano en Oropesa, cambió su vida convirtiéndole en heredero.

En 1601 marchó a estudiar a la Universidad de Salamanca para realizar sus estudios eclesiásticos, significándose por una vida de lujo y ostentación, época donde adquirió una gran preparación jurídica y una inclinación por las artes y letras que no abandonaría a lo largo de su vida.

Consecuencia del traslado de la Corte de Felipe III a Valladolid durante (1601-1606), don Gaspar paso con su padre largas temporadas en esta ciudad, adiestrándose en la vida cortesana, especialmente tras la muerte de su segundo hermano en 1604, hecho que le convirtió en heredero del linaje Olivares, del que se hace cargo en 1607, año del fallecimiento de su padre, don Enrique de Guzmán, en Sevilla.

Unos meses antes de morir su padre, se había concertado el matrimonio de don Gaspar con doña Inés de Zúñiga y Velasco, hija de los Condes de Monterrey y dama de la reina doña Margarita de Austria, esposa de Felipe III.
Posteriormente, don Gaspar de Guzmán concertaría la boda de su hermana, doña Leonor de Guzmán, con don Manuel de Fonseca y Zúñiga, Conde de Monterrey y hermano de doña Inés.
Del matrimonio de don Gaspar de Guzmán y doña Inés de Zúñiga nació una hija, la Marquesa de Elche, que murió en 1626.

Al herederar el Mayorazgo de los Olivares, III Conde de Olivares y Duque de Sanlúcar la Mayor, don Gaspar de Guzmán se retiró a Sevilla para administrar sus dominios.
Durante este período se dedicó al placer de la caza y de las artes, rodeándose de artistas y literatos. Se le conoció un hijo bastardo, 'Julianillo', que después sería reconocido como Enrique Felipe de Guzmán.

En 1611 su situación económica era desastrosa, debido a su inclinación al lujo y al derroche.
En este tiempo, don Francisco de Sandoval Rojas, Duque de Lerma, conocedor de su ambición por el poder, le ofreció un puesto de embajador de Roma para alejarle de la Corte, pero Gaspar de Guzmán se negó a aceptar el cargo.

En el período (1612-1615) se desarrollaron un cumulo de artimañas e intrigas que con el tiempo acabarían convirtiendo a don Gaspar de Guzmán, Conde-Duque de Olivares, en valido de Felipe IV.
Durante estos años, Gaspar gastó gran cantidad de dinero en regalos para el príncipe Felipe.

En 1615 el príncipe Felipe se casó con doña Isabel de Borbón, momento que fue aprovechado por el Conde-Duque de Olivares para conseguir ser nombrado Gentilhombre del príncipe.

El Duque de Lerma, don Francisco de Sandoval Rojas, mirando con recelo al Conde de Olivares, trató nuevamente de apartarle de la Corte, volviendo a ofrecerle la embajada de Roma.

En aquel momento, la Corte era un hervidero de intrigas. El Conde-Duque de Olivares (conocido así por ser Conde de Olivares y Duque de Sanlúcar la Mayor), bajo la protección de su tío don Baltasar de Zúñiga, tomó partido por don Cristóbal de Sandoval Rojas, I Duque de Uceda, en contra del padre de éste, el Duque de Lerma.

El Duque de Uceda, primer ministro de Felipe III, mediante la influencia de una nodriza del príncipe, ideó la forma de alejar al Conde de Olivares del príncipe Felipe, futuro Felipe IV. Ante esta situación, don Gaspar de Guzmán solicitó permiso a Felipe IV para marcharse, dado que su presencia no era de su agrado. La solicitud fue rechazada.

Conde-Duque de Olivares. Velázquez (Museo del Prado)
Velázquez. Museo del Prado.    Diego de Silva Velázquez 

Cuando Felipe IV fue proclamado Rey de España y Señor de los Países Bajos el 31 de marzo de 1621, el Conde-Duque de Olivares inició su gobierno.

La primera medida fue separar del poder a todos los personajes que habían estado en con los validos Lerma y Uceda, condenando con castigos ejemplares los abusos del reinado anterior, además de situar en sitios estratégicos a sus propios parientes y amigos.
Se abrió expediente y se castigó duramente al Duque de Lerma, al Duque de Uceda y a don Rodrigo Calderón.

El Conde-Duque de Olivares prometió al pueblo reformas que querían ser revolucionarias y convocó Juntas para que las estudiasen.
La pretendida regeneración social y política, le granjearon la simpatía del pueblo y muchos adeptos.

En política exterior, las ideas triunfalistas del Conde-Duque llevaron a la monarquía a retomar la política imperialista de Carlos V y Felipe II.

El programa político del Conde-Duque de Olivares quedó contenido en el 'Gran Memorial' que presentó a Felipe IV en 1624.

La reforma del Conde-Duque iba encaminada a reforzar el poder real y la unidad de los territorios que dominaba.
La eficacia del ejército, sostén de la hegemonía en Europa, debía conseguirse con un proyecto de Monarquía cohesionada y más ejecutiva que procurase nuevos recursos financieros.
La financiación dependía de la capacidad para movilizar los recursos de todos los reinos de España, compartiendo con Castilla las cargas humanas y económicas del ejército.
El proyecto de Monarquía del Conde-Duque fracasó por la oposición de los poderes locales representados en las Cortes.

Sin nuevos recursos financieros, las guerras provocaron un endeudamiento creciente, hasta llegar a la bancarrota de 1627.

La soberbia y ansía de poder del Conde-Duque, junto con las derrotas militares, dieron paso a la decadencia del poderío militar en Europa:

 

w Se perdieron las buenas relaciones con la Inglaterra de los Estuardo al fracasar las negociaciones de boda de la infanta María con el príncipe de Gales.

 

w Nos enfrentamos con Francia, con el astuto Cardenal Richelieu, por el tema de la Valtelina y por el pleito sucesorio de Mantua (Guerra de Monferrato, 1628-1631), asuntos innecesarios para una España de maltrechos recursos.

 

w No prorrogar la 'Tregua de los Doce Años' con Holanda. Esta guerra fue el error más grave, arruinó definitivamente a España y minó su prestigio militar y de gran potencia.
Además la guerra en los Países Bajos complicó a España en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), y la 'Paz de Westfalia' fue un desastre para sus intereses.      Paz de Westfalia 

 

Independencia de Portugal. Tratado de Lisboa

Como consecuencia de la actuación del Conde-Duque de Olivares, fusión administrativa, cargas financieras, etc., al producirse la sublevación de Cataluña en 1640, los portugueses se negaron a enviar tropas.
La nobleza y la burguesía portuguesa, acaudillada por el Duque de Braganza, apoyado indirectamente por el Cardenal Richelieu, el 1 de diciembre de 1640 depusieron a la regente Margarita de Saboya, y varios miembros del gobierno fueron asesinados, entre ellos, el ministro Vasconcelos.

El 15 de diciembre de 1640, el Duque de Braganza fue coronado como rey con el nombre de Juan IV (1640-1656).

Durante el reinado de Juan IV 'El Afortunado' se produjeron varias conspiraciones nobiliarias procastellanas, todas reprimidas con energía, entre ellas, las ejecuciones del Marqués de Vila Real y la del Duque de Caminha.

Durante el período (1643-1648), los portugueses expulsaron a los a los neerlandeses de sus factorías africanas, y en 1654 de Brasil que se sublevó apoyando a la Corte de Lisboa.
Por su parte, la monarquía portuguesa cedió a Inglaterra, cuya flota la protegía contra los neerlandeses, las plazas de Tánger, Azemmur y Bombay.

En 1659 el ejército portugués, al mando del general francés Schönberg, venció a los españoles en Elba.
Durante este mismo año, tras el Tratado de los Pirineos, Francia dejó de apoyar a Portugal practicando una política tortuosa.

En 1662, la boda de Catalina de Braganza con Carlos II de Inglaterra fortaleció el espíritu independentista de Portugal.

Después de una larga y costosa guerra, Felipe IV se encontró incapaz de conquistar el reino vecino.

En 1663 el general Schönberg derrotó a las tropas españolas de Juan José de Austria en Ameixia, y al Marqués de Caracena en Villaviciosa (1665).

A Juan IV le sucedió su hijo incapaz Alfonso VI (1643-1683), bajo la regencia de su madre doña María Luisa de Guzmán, ésta conspiró contra su hijo destronándole en 1667, en beneficio de su hijo pequeño Pedro II (1648-1706), quien se denominó regente, no proclamándose rey de Portugal hasta la muerte de su hermano.
En la conspiración contra Alfonso VI participó también su esposa doña María Francisca de Saboya.
En 1668 Pedro II hizo anular aquel matrimonio y se casó con su cuñada.

El 18 de febrero de 1668, en Madrid, se firmó el Tratado de Lisboa, entre el monarca español Carlos II y el regente portugués Pedro II, donde España reconocía la independencia de Portugal.

Pedro II se caso en segundas nupcias con doña María Sofía de Neoburgo (1687), cuyo hijo será Juan V de Portugal.

 

En política interior, la actuación del Conde-Duque de Olivares se caracterizó por el intento de sometimiento que intentó implantar en todos los reinos, con la intención de obtener recursos para financiar su política exterior, que no podían obtenerse únicamente de la explotada Castilla.

En el período (1627-1635), el Conde-Duque realizó un último intento de imponer sus reformas por la vía autoritaria.
Esta actuación, que no tenía en cuenta las libertades de los reinos no castellanos, provocó el Motín de la Sal de Vizcaya (1630-1631), en 1640 la rebelión de Portugal (que terminaría con su independencia), y la rebelión de Cataluña (que no sería sofocada hasta 1652).

El Conde-Duque de Olivares, enfermo y hundido por el estrepitoso fracaso de su política, quiso abandonar el gobierno, pero Felipe IV indiferente a los temas de Estado no quiso prescindir de él.

En 1643, Felipe IV prescindió por fin del Conde-Duque, que se retiró a su Señorío de Loeches (cercanías de Madrid).
Con la intranquilidad de que el Conde-Duque estuviera tan próximo a Madrid, y la permanencia de su esposa en la Corte, los Grandes de España resumiendo los cargos contra Olivares redactaron un Memorial ante el rey.
El Memorial fue contestado con otro Memorial del Conde-Duque.
Con la polémica salieron mal parados los Grandes de España, aunque consiguieron que el Conde-Duque se alejase a la villa de Toro.

En la villa de Toro, el Conde-Duque ejerció un moderado poder local, mientras que su esposa permanecía en la Corte, como testimonio de que el valido no había sido desterrado. La situación duró relativamente poco, Felipe IV atendiendo a los consejos de Sor María de Agreda, expulsó de la Corte a su esposa e hijos, negando al Conde-Duque la pretensión de convertirse en el jefe del ejército de la frontera portuguesa.
En 1644 la Santa Inquisición abría un proceso contra él siendo él.
En 1645 el poderoso Conde-Duque moría en Toro, tras la autorización real, el 10 de agosto fue enterrado en Loeches, abandonado por todos.

Fuero Viejo Castilla

Blasón Conde-Duque Blasón Conde-Duque, Loeches (Madrid)

Duque de Alba Duque de Alba