Dejando el casco antiguo soriano, sin salir de la ciudad, a escasa distancia del Palacio de los Condes de Gómara, dirección Zaragoza, se encuentra la Concatedral de San Pedro.
La Concatedral de San Pedro en sus orígenes fue un antiguo monasterio agustino (siglo XII), después de un hundimiento parcial en 1520, fue reedificada en estilo renacentista a cargo del maestro Juan Martínez Mutio hasta su fallecimiento en 1555. La iglesia se termina bajo el mecenazgo del Obispo Acosta, cuyo escudo fue esculpido en una columna (1573). El campanario se concluyó en 1594. La Iglesia resultante tiene planta de salón, con cinco naves de la misma altura cubiertas con bóvedas de crucería estrellada que descansan sobre columnas cilíndricas. La decoración es bastante austera, tanto en el interior como en el exterior, excepto la portada sur, de estilo plateresco, con arco de medio punto con arquivoltas y un alto friso, presidido por San Pedro, adornada con ricas labores de grutescos que cubren toda la portada excepto las albanegas. En el interior destaca el retablo del Altar Mayor, obra clasicista de Francisco del Río del siglo XVI. La parte más significativa es el claustro románico, del que quedan tres de sus lados. Todos los arcos son de medio punto con guardapolvos de entrelazos en zigzag. Resaltar la puerta de entrada y ventanas de la antigua sala capitular de excepcional elegancia, así como las decoraciones figurativas y geométricas de sus capiteles. El 9 de marzo de 1959, el Papa Juan XXIII, con la Bula 'Quandoquidem Animorum' cambió el título de la Diócesis de Osma, por el de Osma-Soria, y erigió en Concatedral la Colegiata de San Pedro Apóstol de la ciudad de Soria. De esta modo, los límites del Obispado, que a partir de entonces lleva el nombre de Osma-Soria, coinciden con los de la actual provincia de Soria. |