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Más de dos mil años de cultura mediterránea conforman el rico patrimonio cultural-artístico de Tortosa.

La ciudad, corazón de la Reserva de la Biosfera de les Terres de l'Ebre, está situada a la vera del río Ebro, cerca de la desembocadura, en el inicio del Delta y de los Puertos de Tortosa-Beceite.

Capital del sector meridional de Cataluña y de la comarca del Bajo Ebro, fue ya importante en la época ibero-romana y árabe, está declarada Conjunto Histórico-Artístico y algunos de sus edificios y palacios, como el castillo de la Suda, la Catedral y el Palacio Episcopal, son Monumento Nacional.

Sede episcopal y plaza universitaria, Tortosa aglutina la vida económica, social y cultural del Valle Inferior del Ebro y es su centro comercial y de servicios más importante.

Castillo de la Suda o de San Juan, situado sobre el estratégico cerro donde se asentará la acrópolis romana. La fundación de la Alcazaba o Fortaleza es de la época islámica y fue construida en el siglo X, en la época de Abd al Rahman III. Del período islámico quedan el basamento y el trazado de las murallas. Con la ocupación cristiano hizo las funciones de prisión y se convirtió en lugar de hospedaje oficial de las Cortes itinerantes. En los siglos XIV y XV se llevan a cabo las reformas y se construye el Palacio Real. En el siglo XVII se realizaron importantes modificaciones para adaptarlo a las nuevas exigencias de defensa, de las que aún se conservan el cuerpo superior de las torres y muralla, y, ya en el siglo XVIII, se construye el polvorín. Desde la década de los setenta el recinto alberga el Parador Nacional de Turismo.


Ábside a la Catedral de Santa María de Tortosa desde el Palacio de la Suda o de San Juan.


Ábside a la Catedral de Santa María de Tortosa desde el Palacio de la Suda o de San Juan.


Pozo sarraceno o suda, con más de 45 metros de profundidad hasta encontrar el nivel del río Ebro, de donde recibe el nombre el Castillo.


Explanada del Castillo de la Suda o de San Juan. A la derecha, pozo sarraceno. Al fondo, cañones para la defensa de la fortaleza.

Bajo el reinado de Abd al Rahman III se levanta el Castillo de la Suda o de San Juan, y otras construcciones desaparecidas, como las atarazanas, los baños públicos y una Mezquita de cinco naves, construcciones que fueron reconvertidas en el Palacio Episcopal y la Catedral gótica de Santa María. El Castillo se levanta en el siglo X en el lugar de la antigua acrópolis romana.

Tras la conquista cristiana, Tortosa se repartió entre los Montcada, los genoveses y la Orden del Temple. Los caballeros del Temple organizaron la Encomienda en 1148 (año de la conquista), en 1153 compraron la parte de los genoveses, y en 1182 ampliaron sus dominidos al recibir en donación la parte de la Corona de Aragón.

La Encomienda de Tortosa, junto a la de Miravet, fueron las más ricas de la Orden del Temple en la Corona de Aragón.

La influencia religiosa del Temple en Tortosa se materializó con la construcción de la sede románica entre 1158-1178.

En 1294 el rey Jaime II 'El Justo' permuta a los Templarios la ciudad de Tortosa por el el enclave estratégico de Peñíscola y se organiza en Encomienda junto con la adquisición de Xivert y la compra de Culla (1303).

Entre 1294-1307 los templarios transforman la Alcazaba árabe de Peníscola en un Castillo-Convento.

Tras la disolución de la Orden del Temple en 1312 por Clemente V, cediendo a las presiones de Felipe IV de Francia, el Castillo pasa a manos de Jaime II de Aragón.

Bajo el auspicio del monarca aragonés en 1317 se crea la Orden de Montesa, que toma posesión definitiva del Castillo de Peñíscola en 1319.

La Encomienda de Peñíscola tuvo una gran importancia histórica al ser residencia de Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor, Papa Benedicto XIII (conocido como Papa Luna, precediendo a Clemente VII), que fue acogido en la villa por la Orden de Montesa, instalando su residencia y la Santa Sede, siendo efectiva de pleno derecho entre 1411-1423.

En su mandato se llevo a cabo la Disputa de Tortosa, el debate más significativo durante la Edad Media entre representantes cristianos conversos y judíos. Consistió en una serie de sesiones de adoctrinamiento religioso tratando de forzar a las autoridades religiosas judías a reconocer que el Antiguo Testamento garantizaba que Jesucristo había sido Mesías.
Se desarrolló en 67 sesiones: La primera en la ciudad de Tortosa el 7 de febrero de 1413, las últimas en la localidad de San Mateo (Castellón), finalizando el 13 de noviembre de 1412.

Muralla de Remolins de Tortosa, accesible desde las avanzadas del castillo de San Juan, termina en la Torre del Celio o Torre Grande.
Se extiende por el noreste del recinto amurallado, en el barrio de Remolins, formada por un largo lienzo de muralla con sendas torres en sus extremos.
En las murallas medievales de Tortosa destacan dos tramos: La muralla de Remolins y las murallas del Rastro (siglo XIV).


Muralla de Remolins de Tortosa.


Cementerio musulmán al aire libre en el Castillo de la Suda, único en Cataluña. En 1972 se encontró un epitafio datado del siglo X.

La necrópolis árabe al aire libre del Palacio de Suda, adosada al antiguo Palacio Real, presenta una variada tipología de sepulturas con distintos niveles de enterramiento comprendidos entre los siglos X y XII. Han aparecido restos óseos de 30 personas, orientados a la Meca, con un elevado porcentaje de niños.
En el último nivel de enterramiento, datado a mediados del siglo XII, las fosas dejan entrever precariedad e improvisación.

CATEDRAL DE SANTA MARÍA

La Taifa de Tortosa tenía como capital la ciudad de Turtusha (actual Tortosa), aparece con la desaparición del Califato de Córdoba.

El Reino eslavo de Tortosa se formó al instalarse en Tortosa un eunuco llamado Nábil, siendo destronado por Mocatil sobre el 427 de la Hégira (1048). En el 445 H. (1067) Mocatil fue sucedido por Yala, que acuño moneda hasta el 450 H. (1072).

Finalmente, el reino Taifa de Tortosa fue conquistado por Ahmedi I, Rey de Zaragoza.

Un hijo de Ahmedi I reinó a la muerte de su padre en Denia y Tortosa con el título de Imado Daula (Columna del Estado), acuñando monedas con el nombre de Hachib Mondir en el período 1097-1104.
A su muerte le sucedió su hijo Suleimán ben Mondir hasta la conquista almorávide, poco después de 1114.

Ramón Berenguer IV, con la ayuda del Conde Ermengol VI de Urgel, conquistó la Taifa de Tortosa en 1148, ofreciendo la Mezquita Mayor y todas sus posesiones a Bernardo Tort, Arzobispo de Tarragona y Obispo provisional de Tortosa.

El Obispo Bernardo Tort convirtió la Mezquita en Catedral y aprovechó las edificaciones musulmanas anexas para reconvertirlas en estancias para el Monasterio. También nombró a Obispo de Tortosa a Gaufred d'Avinyó (1151-1165), hasta entonces Abad de la Canónica de Sant Ruf de Tortosa.

Durante el obispado de Poncio de Torrella (1213-1254) se ampliaron los dominios de la Diócesis de Tortosa, anexionando los territorios valencianos de Morella y Burriana.

Bajo el mandato del Obispo Berenguer de Prat (1316-1340) se levantó el Palacio Episcopal.


Catedral basílica de Tortosa. Sede de la Diócesis de Tortosa. Exposición Permanente Sancta Maria Dertosae. Canónica, claustro y refugio civil.

La Catedral de Santa María de Tortosa está ubicada en el espacio en el que tradicionalmente se sitúa el Foro Romano, después ya como lugar de culto. Entre los años 1158-1178 se construyó la desparecida seo románica, que se encontraba dentro del recinto del actual templo. Las obras de la catedral gótica se inician en 1347, y continuarán hasta mediados del siglo XVIII. Se construye adosada al claustri del siglo XIII y junto a las dependencias comunitarias de la Canónica, fundada en el siglo XII.

A pesar de su dilatado periodo de construcción destaca la unidad estelística que muestra la Seo. La cabecera, uno de los elementos más singulares del edificio, se caracteriza por la ausencia de muros entre las capillas, las cuales configuran, de este modo, un doble deambulatorio alrededor del altar.

La planta de la Catedral es de tres naves sin crucero, con capillas laterales entre los contrafuertes y cubierta con bóvedas de crucería. De entre el conjunto de capillas de la Basílica destaca la dedicada a la Mare de Déu de la Cinta, patrona de la ciudad. Construida entre 1672-1725 es un ejemplo de barroco maduro, simbiosis de arquitectura, escultura y pintura, que utiliza los recursos de teatralidad propios de este estilo.

La construcción de la fachada barroca conllevó la finalización de la obra de la Catedral. El proyecto original, que seguía esquemas barrocos, quedó inacabado y fue simplificado con un estilo más clasicista, reduciendo los elementos decorativos.


Fachada de la Catedral Basílica de Tortosa, quedó inacabada y fue simplificada con un estilo más clasicista, reduciendo los elementos decorativos.


Fachada de la Catedral Basílica de Tortosa, quedó inacabada y fue simplificada con un estilo más clasicista, reduciendo los elementos decorativos.

La fachada principal barroca inacabada, levantada entre 1620-1757, con accesos laterales de grandes puertas. El frontal presenta tres portales rectangulares con columnas adosadas a los montantes, el central de orden jónico, los laterales, de orden corintio.

Fachada principal del Palacio Episcopal de Tortosa, a pocos metro de la salida de la Puerta de Palau de la Catedral, tiene como acceso una gran arcada de medio punto peraltada en la que se encuentra el escudo de armas del Obispado de Tortosa, y unas ventanas góticas de arcos apuntados con esbeltas columnas. La Fachada posterior abocaba directamente al río Ebro, con unas escaleras de piedra que permitían el acceso, hasta que en 1945 se construyó la actual calle.

El Palacio se levantó entre los siglos XIII - XIV sobre una buena parte del antiguo Puerto Romano, siendo su principal promotor el Obispo Berenguer Prats (1316-1340).

Fue remodelado en el siglo XVIII, y en el siglo XIX se añade un nuevo edificio adyacente. En 1931 fue declarado Monumento Artístico de Interés Nacional, por entonces el Palacio Episcopal lindaba con el río Ebro.

El patio del Palacio es el núcleo principal de la construcción, desde donde parte una amplia escalera voladiza que conduce al primer piso, con dos galerías formadas por arcos de ojiva sobre esbeltas columnas de fuste cuadrilobulado y capiteles con decoración vegetal. El elemento más destacado es la Capilla del Palacio, a la que se accede a través de un sala gótica.

El Palacio Episcopal cobija al Archivo Histórico Diocesano.


Fachada principal del Palacio Episcopal de Tortosa.


Exposición permanente de la Canónica de Tortosa.


Sala Capitular de la Catedral Basílica de Tortosa.

Claustro de la Catedral Basílica de Tortosa, de planta trapezoidal, se abre al patio interior mediante arcos apuntados sobre columnas de fuste cuadrilobulado y capiteles lisos, sin decoración. La austeridad del estilo cisterciense del claustro contrasta con los capiteles románicos situados en la puerta de acceso al patio, que fueron probablemente reaprovechados de un edificio anterior.

En la nave central de la Catedral Santa María de Tortosa destacan los púlpitos, situados en el primer tramo, construidos a finales del siglo XV o inicios del XVI.
Al lado del Evangelio, el púlpito presenta esculpidos los relieves de los cuatro evangelistas, acompañados por sus símbolos, y de diversos profetas.
Al lado de la Epístola, el púlpito presenta los relieves de los padres de la Iglesia. Los dos muestran el escudo de los Soldevilla, promotores de la obra.

Retablo Mayor de Santa María de la Estrella, obra del siglo XIV de marcado gusto italianizante concebido para la desparecida seo románica.
En la actualidad preside el altar mayor de la Catedral de Tortosa. Tallado en madera dorada y policromada presenta forma de políptico. El retablo dedicado a la Virgen, y conocido popularmente como la de la Mare de Déu de l'Estrella, presenta escenas de la vida y pasión de Jesucristo y de la Virgen.

Una de la joyas más importantes de la catedral de Tortosa es la célebre lápida trilingüe del siglo VI, grabada en hebreo, griego y latín y perteneciente a la tumba de una joven judía llamada Meliosa, hija de Judá y de María, testimonio de la presencia de los hebreos en Tortosa en tiempos de los visigodos.

El Museo Catedralicio aloja la lápida perteneciente a la sepultura de Meliosa, o Eulalia, joven judía: Meliosa, bat Judah, Meliosa, hija de Judá y de María, de dolorosa memoria.


El subterráneo de la Catedral de Tortosa es un laberinto de más de 200 metros de galerías, con pequeños habitáculos donde se guardan algunos elementos arqueológicos de la antigua Catedral. Durante la Guerra Civil Española fue refugio de la ciudad.


Retablo de la Virgen de los Ángeles, obra realizada por Pere Serra para la Catedral de Tortosa por encargo del notario Bernat Macip, más tarde pasó al Monasterio de Santa Clara de Tortosa, y finalmente al Museu Nacional d'Art de Catalunya.