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ANTONIO CÁNOVAS DEL CASTILLO (1828-1897) |
Nació en Málaga en 1828 y murió en Santa Águeda (Guipúzcoa) en 1897. Hijo de un maestro de escuela, quedó huérfano de padre cuando tenía 15 años. En 1845 se trasladó a Madrid bajo la protección del escritor Serafín Estébanez Calderón, primo de su madre. Estudió derecho y se relacionó con los medios intelectuales y políticos del momento. La historia fue la gran afición de Antonio Cánovas, sus primeras obras fueron: La campana de Huesca (1851) y una Historia de la decadencia de España (1854). Para evitar los errores del pasado, trató de llevar las reflexiones históricas a la vida política.Un celebre aserto de Cánovas del Castillo fue... ' La historia me ha llevado a la política'. |
Comenzó su carrera política como hombre confianza del general Leopoldo O'Donnell, colaborando en la redacción del Manifiesto de Manzanares (programa político del pronunciamiento de O'Donnell) hecho público en julio de 1854.
En noviembre de 1854 fue elegido diputado a las Cortes Constituyentes.
En 1855 estuvo en Roma como agente de Preces. De regreso a Madrid siguió militando en las filas de la Unión Liberal.
En 1858 desempeñó la Dirección General de la Administración, bajo el ministerio de Posada Herrera.
En 1860 se casó con Concha Soler Espinosa, que falleció cinco años después.
Ocupó diversos cargos con los gobiernos de Unión Liberal:
· Desde marzo hasta septiembre de 1864, con el gobierno presidido por Alejandro Mon, fue Ministro de Gobernación.
En 1867 fue elegido miembro de la Real Academia Española.
Durante el proceso de la revolución de 1868, que acabó con el derrocamiento de Isabel II, Antonio Cánovas permaneció neutral.
El hecho supuso su retraimiento político, que le obligó a desplazarse a Palencia y posteriormente a Carrión de los Montes.
En las Cortes Constituyentes de 1869, Antonio Cánovas del Castillo elegido diputado, se enfrentó contra el sufragio universal y la libertad de culto. Defendió la candidatura al trono de Alfonso (hijo de la destronada reina Isabel II).
En la elección que tuvo lugar el 16 de noviembre de 1870 obtuvo dos votos, tras la cual resultó elegido el duque italiano Amadeo I como Rey de España.
Cánovas del Castillo, desde agosto de 1873, por encargo de Isabel II, pasó a dirigir oficialmente la candidatura de Alfonso (futuro Alfonso XII). Cuando el general Arsenio Martínez Campos Alfonso XII confirmaba el 9 de enero de 1875 al Primer Gobierno de la Restauración, presidido por Antonio Cánovas del Castillo. Daba comienzo el llamado 'sistema canovista', eje político del periodo histórico que comenzaba entonces.
El Sistema Canovista.- Definía a la nación como una realidad independiente, resultado de la historia, en ningún modo resultado de la voluntad de un pueblo y, por tanto, sujeta sólo a unas normas superiores y anteriores a cualquier decisión particular. Para reglamentar la lucha política, establecía un reparto alternativo del poder entre dos partidos principales (el denominado turnismo). Temía al sufragio universal y libre porque supondría la imposición del número frente a los mejores, por eso recurrió a la manipulación del voto (caciquismo). A la Corona le correspondía ser el árbitro entre los dos partidos a la hora de la alternancia. |
Siendo el jefe del Gobierno Provisional de la monarquía restaurada, Cánovas pudo sacar a delante su proyecto político. Entre diciembre de 1874 hasta febrero de 1881, Cánovas del Castillo presidió tres gobiernos: I Gobierno desde el 31 de diciembre de 1874 hasta el 12 de septiembre de 1875 II Gobierno desde el 2 de diciembre de 1875 hasta el 7 de marzo de 1879 III Gobierno desde el 9 de diciembre de 1879 hasta el 8 de febrero de 1881 Durante este período, también ocupó la cartera de Estado entre enero-marzo de 1880, en 1876 puso fin a la Tercera Guerra Carlista, y en 1878 se llegó a la Paz de Zanjón en Cuba mitigando el problema independentista. |
El 30 de junio de 1876 se promulgó la nueva Constitución, base legal del régimen, con aceptación de la mayoría de los grupos políticos. Bajo la presidencia de Don Manuel Alonso Martínez, una comisión de 'hombres notables' de todos los partidos políticos, y con la colaboración directa de Antonio Cánovas del Castillo, se elaboraron las bases del texto constitucional. La Constitución de 1876, moderada y flexible, concedía al Rey grandes atribuciones, siendo arbitro entre los partidos políticos y Comandante en Jefe del Ejército. Permaneció hasta 1931 (estando suspendida durante la Dictadura de Primo de Rivera, entre 1923 y 1930). Cánovas del Castillo se encargó de consolidar el Partido Conservador, integrando a moderados, unionistas y progresistas desengañados. Posteriormente, ayudó a crear un Partido de Izquierdas dentro del sistema, Práxedes Mateo Sagasta (procedente de la revolución de 1868) fue la persona capaz de unir y dirigir a un conglomerado de partidos revolucionarios (constitucionales, demócratas y radicales) que en 1879 se transformó en el Partido Liberal Fusionista. Consolidado el Partido Conservador de Cánovas y el Partido Liberal Fusionista que seguía a Sagasta, quedaba asegurada la estabilidad de la Restauración. Al margen de estos dos partidos, quedaban aquellos que no reconocían la monarquía de Alfonso XII (carlistas, republicanos, socialistas y anarquistas). |
A partir de 1881 se llevo a cabo el turno de partidos, alternándose con precisión hasta el final del siglo. Cánovas del Castillo, tras dos gobiernos liberales, volvió a la presidencia del gobierno desde el 18 de enero de 1884 hasta el 27 de noviembre de 1885, dos días después de la muerte de Alfonso XII, fecha en la que cedió el gobierno nuevamente a Mateo Sagasta tras el denominado 'Pacto de El Pardo'. Durante esta época de descanso, publicó sus Estudios del reinado de Felipe IV y se casó en segundas nupcias con Joaquina de Osma, treinta años más joven que él.El 11 de diciembre de 1890, Cánovas del Castillo volvió de nuevo a la jefatura del Gobierno, designando a Francisco Silvela como Ministro de Gobernación. Los sucios negocios del Ayuntamiento de Madrid, encubiertos en parte por Romero Robledo, levantaron una ola de protestas, motivando la célebre declaración de Silvela, que consolidó la ruptura entre Silvela y Cánovas, y provocó la caída del gobierno el 11 de diciembre de 1892. Cánovas del Castillo, alternando con Mateo Sagasta, regresó a la presidencia del Consejo de Ministros el 23 de marzo de 1895, y llevó consigo a Romero Robledo.
Cánovas tuvo que enfrentarse a las Guerras Ultramarinas: En Filipinas, reemplazó a Blanco por Polavieja, quien se hizo responsable de actos como el fusilamiento de Rizal. Antes de que el conflicto cubano tuviera su desenlace, Cánovas murió asesinado el 8 de agosto de 1897, en el balneario de Santa Águeda (Guipúzcoa), por el anarquista italiano Michele Angiolillo, pretendiendo con ello vengar a las víctimas de Montjuich. |
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