Los Cirroestratos normalmente se presentan bajo un velo nuboso muy tenue, transparente y blanquecino, de aspecto fibroso o liso, que cubre total o parcialmente el cielo, ya que tienen una gran extensión horizontal, y se producen cuando se interponen, a la luna o el sol, fenómenos de halo debidos a la refracción en los cristales de hielo que lo componen.
La formación de los Cirroestratos se debe al ascenso, hasta niveles suficientemente elevados, de capas de aire de gran extensión. También pueden provenir de la fusión de Cirros o de los elementos de los Cirrocúmulos. (Fuente: INM. Foto: Atlas Teresa Heras Miranda)
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