Hasta mediados de los sesenta, con aquellas maravillosas enciclopedias de Luis Vives, los niños estudiaban España, su contorno, la hidrografía, la geografía humana (división política, raza, lengua, religión), el gobierno y administración, las regiones y provincias. Se hacía una descripción de los Estados Europeos, América, Asia, África y Oceanía.
En aquellas inolvidables 88 páginas del libro de Geografía de Segundo también se trataba de la cartografía, proyecciones, escalas, nociones generales de la Tierra y su relación con los demás Astros, de la medida del tiempo, de la representación de la Tierra, del relieve del suelo, la climatología, la atmósfera y meteoros, de la distribución de la vegetación y de los animales.
Sin olvidar aquellos recreos en la Escuela Nacional, donde se tomaba un vaso de leche en polvo - y que los niños decían que venía de Estados Unidos -, aquellos paseos con el cura (profesor de religión) alrededor del pueblo rezando las rogativas para pedir a Dios que lloviese en el mes de mayo para las cosechas, pasando por el Monumento a los Caídos en la fachada de la Iglesia del pueblo, donde con el signo fascista cantábamos 'Cara al Sol'.