Histamenon, Constantinopla (1057-1069) 4.000 euros El Imperio bizantino tuvo al solido o nomisma como moneda tradicional de oro, muy apreciada por mantener su contenido en oro en 24 quilates durante siete siglos. El emperador bizantino Nicéforo II Focas (963-969), con la intención de forzar al mercado a aceptar una moneda de peso inferior al normal, emitió el Histamenon (de histemi, de buen peso), nombre que recibió el solido. La moneda de tres cuartos de solido se llamó Tetarteron. Desde 1030 la moneda se fue devaluando. Como consecuencia de las guerras civiles y desastres militares en 1080 su contenido en oro prácticamente desapareció. El emperador Alejo I Comneno en 1092 efectuó una revisión del sistema de acuñación e introdujo una nueva moneda de oro, el hyperpyron, de un peso de 4,45 gramos como el solido y de un contenido en oro de 20,5 quilates. El Hyperpyron permaneció como moneda de oro hasta que los bizantinos dejaron de acuñar monedas de oro a mediados del siglo XIV, aunque fue teniendo devaluaciones graduales, bajo el Imperio de Nicea (en 1204 Constantinopla cayó en manos de la Cuarta Cruzada, autocracia) su contenido en oro se redujo a 18 quilates, con Miguel VIII Paleólogo (1259-1282) se redujo a 15 quilates y con su sucesor Andrónico II Paleólogo (1282-1328) quedó en 12 quilates. La calidad del hyperpyron se fue rebajando. Las últimas monedas de oro bizantinas fueron acuñadas por el emperador Juan VI Cantacuceno (1292-1383). El nombre de hyperpyron fue adoptado en distintas formas: perper en los países eslavos de los Balcanes, besante entre los comerciantes italianos, etc.
Isaac I Comneno, emperador bizantino (1057-1059), inicia la dinastía Comneno. En 1057, siendo comandante en jefe del ejercito bizantino, se rebeló contra el emperador Miguel VI. El 8 de junio de 1057 fue proclamado emperador por sus tropas. El 20 de agosto derrotó al ejército de Miguel VI, entrando triunfante en Constantinopla.El emperador Isaac I introdujo reformas económicas, confiscó propiedades de la aristocracia que se había enriquecido en los años de crisis posteriores a la muerte de Basilio II, intentó que el clero entrase en las cargas públicas confiscando propiedades, decisión que le enfrentó con Miguel Cerulario, patriarca de Constantinopla. La amenaza de Miguel Cerulario con destronar al emperador, finalizó con el exilio del patriarca en noviembre de 1058. En 1059 venció al ejército húngaro en el Danubio. A finales de 1059 fue atacado por una parálisis, abdicando en su hermano Constantino X Ducas, y aunque recobró la salud, no quiso volver al gobierno y se retiró a un monasterio, donde murió en 1061. |