Histamenon (1072-1078) (700 euros) El Imperio bizantino tuvo al solido o nomisma como moneda tradicional de oro, muy apreciada por mantener su contenido en oro en 24 quilates durante siete siglos. El emperador bizantino Nicéforo II Focas (963-969), con la intención de forzar al mercado a aceptar una moneda de peso inferior al normal, emitió el Histamenon (de histemi, de buen peso), nombre que recibió el solido. La moneda de tres cuartos de solido se llamó Tetarteron. Desde 1030 la moneda se fue devaluando. Como consecuencia de las guerras civiles y desastres militares en 1080 su contenido en oro prácticamente desapareció. El emperador Alejo I Comneno en 1092 efectuó una revisión del sistema de acuñación e introdujo una nueva moneda de oro, el hyperpyron, de un peso de 4,45 gramos como el solido y de un contenido en oro de 20,5 quilates. El Hyperpyron permaneció como moneda de oro hasta que los bizantinos dejaron de acuñar monedas de oro a mediados del siglo XIV, aunque fue teniendo devaluaciones graduales, bajo el Imperio de Nicea (en 1204 Constantinopla cayó en manos de la Cuarta Cruzada, autocracia) su contenido en oro se redujo a 18 quilates, con Miguel VIII Paleólogo (1259-1282) se redujo a 15 quilates y con su sucesor Andrónico II Paleólogo (1282-1328) quedó en 12 quilates. La calidad del hyperpyron se fue rebajando. Las últimas monedas de oro bizantinas fueron acuñadas por el emperador Juan VI Cantacuceno (1292-1383). El nombre de hyperpyron fue adoptado en distintas formas: perper en los países eslavos de los Balcanes, besante entre los comerciantes italianos, etc.
Miguel VII Ducas, emperador bizantino (1072-10878), conocido con el sobrenombre de Parapinaces (menos de un cuarto) por la devaluación que tuvo la moneda bizantina durante su mandato. Era hijo de Constantino X y de Eudoxia Macrembolitissa, al morir el emperador Constantino X, su madre Eudoxia asumió la regencia. Al poco tiempo, Eudoxia casó con Romano IV Diógenes, coronado emperador el 1 de enero de 1068. Tras la derrota de Manzikert (1071), Miguel VII fue proclamado emperador en Santa Sofía.Durante el mandato de Miguel VII, el Imperio bizantino se fue deteriorando. Desde la ocupación de Bari (1071) por el normando Roberto Guiscardo, que era la última plaza bizantina en Italia, el Imperio se encontró amenazado estratégicamente con el aumento del poder normando. La frontera de los Balcanes tampoco se libró de las amenazas de los diferentes pueblos (pechenegos y cumanos) asentados en la zona, dispuestos a asaltar el territorio imperial a la menor señal de debilidad de Bizancio. Sólo después de que el general Nicéforo Brienio emplease su ejército en la zona, pudo controlarse el orden en la delicada frontera. A partir de 1073, Asia Menor comenzó a estar dominada por los distintos sultanes selyúcidas. Fue un periodo de varias insurrecciones militares por el aumento de la inflación, situación que originó que el emperador Miguel VII se ganase el sobrenombre de Parapinaces. Con una política centralista, el logoteta Niceforizes, que había sustituido a Miguel Psellos, se convirtió en el hombre fuerte del Imperio. Se encargó de llevar a cabo un programa económico para combatir el empobrecimiento paulatino del Imperio. Nacionalizó el comercio del cereal, lo que provocó la protesta general del pueblo, y especialmente de la aristocracia. El aumento del precio del trigo provocó una carestía de la vida y la paralización económica. Los terratenientes latifundistas y la nobleza se vieron afectados por la subida de los salarios, creando una oposición abierta contra el emperador Miguel VII y su primer ministro Niceforizes. Tras varios levantamientos militares, a principios de noviembre de 1077, el general Nicéforo Brienio se sublevó abiertamente contra Miguel VII en la localidad de Dirraquio, tomando la ciudad de Adrianópolis, donde fue proclamado emperador. A las pocas semanas, el general Nicéforo Botaniates en Oriente negó su obediencia al emperador, y con el apoyo de los selyúcidas dirigió su ejército contra Constantinopla. En 1078 tomó la ciudad de Nicea sin oposición alguna. La sublevación se extendió en la propia Constantinopla, el emperador Miguel VII ante la amenaza de los ejércitos de sus dos generales acabó abdicando por decisión propia, arrastrando en su caída al todopoderoso Niceforizes. Tras la abdicación, Miguel VII se refugió en el monasterio de Studion, llegando a ser arzobispo de Éfeso. El general Nicéforo Botaniates no tardó en entrar en Constantinopla, haciéndose coronar emperador bajo el nombre de Nicéforo III. Casó con María Alaina, esposa del destituido emperador Miguel VII. El general Nicéforo Brienio acabó preso y cegado. |