Andrónico I, de la dinastía Comnena, emperador bizantino (1183-1185), estuvo encarcelado y exiliado en distintas ocasiones, destacando como un extraordinario político y gran general. Usurpó el trono a Alejo II convirtiéndose en emperador bastante mayor. La amenaza de los normandos de Sicilia originó un motín y que apareciera como pretendiente al trono Isaac II Ángelo, hijo de un almirante de Sicilia y miembro de la corte imperial por su matrimonio con Teodora Comnena (hija del emperador Alejo I Comneno). El emperador bizantino Juan II Comneno, casado con Piroska de Hungría (Irene), tuvo cuatro hijos: Alejo, Andrónico, Isaac y Manuel. En 1142 morían inesperadamente Alejo y Andrónico. Al morir el emperador Juan II en 1143 dejó el trono imperial a su hijo Manuel I. El príncipe Isaac tras la ascensión de su hermano menor se enfrentó contra el emperador, teniendo que huir al ser acusado de conspiración.
Por otra parte, Andrónico I era hijo del sebastocrátor Isaac (hermano del emperador Juan II, Ana Comneno y Kata de Georgia), primo de Manuel I con quien paso su infancia y favorito de la corte. La relación entre los primos se diluyó cuando Manuel I ofreció a su sobrino Juan Comneno (hijo de su difunto hermano mayor Andrónico, rival de Andrónico I) el título nobiliario de protosebastos.
Los títulos nobiliarios de sebastocrátor (venerable gobernante) y protosebastos (que daba derecho a llevar distintas coronas y determinados ropajes) fueron creados por Alejo I Comneno.
Andrónico I comienza su trayectoria novelesca en 1152 al ser destinado como gobernador a Cilicia para someter a los rebeldes príncipes armenios. Al poco tiempo capturó a Thoros II de Armenia, aunque poco después fue derrotado al amparo de la noche mientras llevaba una vida frívola. Los armenios se hicieron con un gran botín, mientras Andrónico I huía hacia Antioquía, después retornó para gobernar Cilicia. Aunque al poco tiempo cesó como gobernador.
En 1155 acompañó al emperador en su campaña contra Hungría, llevando a su amante Eudoxia. Creyendo que había perdido el favor de su primo Manuel I, aspirando a ocupar el trono bizantino, comenzó a planear deshacerse del emperador, siendo capturado en 1155 al tratar de asesinarlo con la ayuda de sicarios armenios.
Andrónico I terminó en una mazmorra del Palacio de Constantinopla, en 1158 logro escapar del cautiverio y llegar a Melangeia (Tracia), donde fue nuevamente capturado y devuelto a la prisión. En 1164 volvió a escapar de los muros de palacio, llegar a su casa en Constantinopla, y desde allí huir cruzando el Danubio y los Montes Cárpatos, al llegar a Halic (actual Ucrania) se dio a conocer a Yaroslav II de Kiev, príncipe de Rutenia, convirtiéndose en uno de sus favoritos.
En 1165, tras el fracaso de la campaña de Manuel I en Hungría, Andrónico I recibió noticias del emperador bizantino solicitando ayuda militar del príncipe Yaroslav II de Kiev y ofreciendo su perdón. La actuación de Andrónico I al frente de un contingente de caballería rusa fue determinante para acabar con el asedio de la ciudad húngara de Zeugminon. En 1168 regresaban triunfales a Constantinopla los dos primos. Las buenas relaciones duraron poco tiempo.
El emperador Manuel I preocupado por el futuro de la dinastía, al no tener hijos varones adoptó al príncipe húngaro Bela IIII y concertó el matrimonio con su hija María Comnena. La aristocracia bizantina protesto unánimemente y Andrónico I como su portavoz se negó a jurar lealtad al nuevo heredero. Como castigo, en 1166 fue destinado por segunda vez como gobernador de Cilicia con la orden de reconciliarse con los armenios. Con un éxito inicial en el campo de batalla contra Thoros II, finalmente no logró poner fin a la sublevación armenia.
Cansado de su permanencia en Cilicia resurgió el espíritu novelesco de Andrónico I, visitó el Principado de Antioquía (vasallo del Imperio), donde sedujo a Filipa (hermana de la emperatriz María, segunda esposa de Manuel I). Al hacerse pública la relación, el emperador Manuel I ordenó a Andrónico I a retornar a Constantinopla.
Lejos de obedecer las ordenes del emperador, inició una visita a Jerusalén llevando consigo buena parte del tesoro de Cilicia. En Tierra Santa se ganó los favores del rey Amalarico I que le concedió el Señorío de Beirut. También aprovecho para seducir a la joven reina Teodora Comnena (viuda del rey de Jerusalén Balduino III, sobrina del emperador Manuel I y prima suya).
Ante la indignación de Manuel I, que solicitó a los reinos latinos de la región que capturasen a su primo, Andrónico y Teodora huyeron a la corte de Nureddin, gobernador de Damasco, visitaron Bagdad y Persia, hasta llegar a Georgia donde se convirtió en un bandido, con incesantes expediciones contra la provincia bizantina de Trebisonda (ubicada junto al mar negro en Turquía) donde robaba y raptaba. Finalmente, en una redada del gobernador de la provincia, se capturaba a Teodora con sus dos hijos siendo enviados a Constantinopla.
Andrónico I, preocupado por su familia, se entregaba ante a las autorizadas imperiales a comienzos de 1880. El emperador Manuel I, mostró piedad al postrarse ante él su primo, a cambio de jurar lealtad al heredero del trono, el príncipe Alejo II Comneno, hijo del matrimonio con María de Antioquía.
Andrónico y Teodora fueron desterrados a Oene (pequeña ciudad de Paflagonia).
Al morir Manuel I en septiembre de 1180, quedaba como heredero Alejo II Comneno, debiendo gobernar un Consejo de Regencia hasta su mayoría de edad.
La emperatriz María de Antioquía ingresó en un convento con el nombre de Xena (Extranjera), poco después asumió la regencia tomando como valido a su amante Alejo Comneno (sobrino del emperador Manuel I). El escándalo que provocó la relación, así como su origen normando, junto a las relaciones amistosas con mercaderes italianos, provocó la animadversión del pueblo bizantino. Tardo poco en organizarse una corriente reaccionaria dirigida por María Comnena (hija del primer matrimonio de Manuel I con Bertha Sulzbach, cuñada del emperador Conrado III) y su marido Rainiero de Montferrato, con el apoyo del patriarca de Constantinopla y de Andrónico I Comneno.
La conspiración dirigida por María Comnena y su marido Rainiero de Montferrato se llevó a efecto en febrero de 1182, el intento fracasó y los conspiradores fueron encerrados en la Iglesia de Santa Sofía, donde permanecieron durante meses, Finalmente, María de Antioquía se vio obligada a perdonar a los conspiradores.
La desorganización del Imperio bizantino fue aprovechada por sus adversarios, el rey húngaro Bela III tomó Dalmacia, Bosnia y Sirmio; el príncipe serbio Esteban Nemanja rehusó la soberanía bizantina; los turcos se hacían con una gran extensión de Asia Menor, entre otros, Sozópolis, Antalya y Cotyaeum; y el rey armenio Rubén I atacaba Cilicia.
Andrónico I, a primeros de 1182, decidió ponerse en marcha hacia Constantinopla con un pequeño ejército, cruzando por Asia Menor sin resistencia, sus tropas iban aumentando al unirse muchos hombres descontentos. En mayo de 1183 llegaba a Calcedonia, donde tuvo que enfrentarse a un ejército dirigido por Andrónico Ángelo (primo de Manuel I), que terminó pasando al ejército de Andrónico I.
El protosebastos Alejo (amante de la emperatriz María de Antioquía) intentó cerrar el Bósforo con una tripulación formada en gran parte con soldados occidentales, cuando el comandante de la flota Andrónico Kontostephanos pasó al lado de Andrónico I. En mayo de 1183 la Guardia Varega (guardia personal del emperador) arrestaba y cegaba al protosebastos Alejo, arrojándolo a una mazmorra.
Andrónico I entró en Constantinopla y reclamó la regencia en nombre de Alejo II, con más de sesenta y cinco años tenía el control absoluto del Imperio. La emperatriz María de Antioquía quedó confinada en el Palacio Imperial. Quedaba pendiente la therma (división administrativa) de Tracia, donde el Gran Doméstico Juan Comneno Vatatzés derrotó un ejército de Andrónico I Comneno, dirigiéndose a Constantinopla. A los pocos días, Juan Comneno Vatatzés moría de una enfermedad y su ejército se desintegraba.
Finalmente, Andrónico I quedaba como regente y protector del joven Alejo II. Se juzgó a la emperatriz María de Antioquía, bajo los cargos de traición y conspiración con el rey húngaro Bela III, su cuñado. Siendo condenada, fue ahorcada por dos cortesanos. En octubre de 1183 el joven heredero Alejo II fue asesinado por sicario Esteban Hagiocristoforito. A continuación Andrónico I se proclamó único Basileo, casando con Inés de Francia (conocida como Ana), que contaba solo trece años. Comenzaba el reinado de Andrónico I, último soberano de la dinastía bizantina de los Comneno.
El pueblo acogió al nuevo emperador con esperanza al querer establecer un gobierno nacional, librar a Bizancio de la preponderancia latina y limitar el poder de la aristocracia y grandes terratenientes. Las revueltas internas y la pérdida de apoyo familiar sumieron a Andrónico en un estado de desconfianza, acometiendo contra enemigos reales o imaginarios, se multiplicaban las detenciones arbitrarias y ejecuciones crueles. El emperador pasaba casi todo el tiempo en sus palacios estivales fuera de Constantinopla. El pueblo comenzó a recelar de su emperador y a buscar otro pretendiente al trono.
En 1185 se produjo la rebelión de Chipre y la invasión normanda. El gobernador de Chipre, Isaac Comneno proclamó la independencia de la isla. El emperador Andrónico I no pudo dominar la situación al carecer de una flota capaz de hacerla frente. La pérdida de la isla fue un duro golpe al Imperio por su importancia estratégica y mercantil.
El mayor golpe lo recibió de Alejo Comneno (sobrino de Manuel I), que se había refugiado en la corte normanda de Guillermo II, rey de Sicilia y Nápoles. Con la intención de apoderarse del trono preparó una gran expedición que desembarcó en los Balcanes, el ejército quedaba al mando de Ricardo de Acerra y la flota al mando de Trancedo de Lecce.
El 24 de junio de 1185 tomaban la fortaleza costera de Dirraquio, poniendo rumbo a Salónica. La armada se hacía con las islas de Corfú, Cefalonia y Zane, alcanzando Salónica a mediados de agosto. Finalmente, la ciudad fue tomada y saqueada el 24 de agosto de 1185.
Andrónico I fue derrocado el 12 de septiembre de 1185 por Isaac II Ángelo, muriendo de una forma cruel.