Antoniniano, 272 8.000 eurosZenobia gobernó el Imperio de Palmira (provincia de Homs, antigua ciudad en el desierto de Siria) entre 267-272, tras la muerte de su esposo el príncipe Septimio Odenato.
Cuando Zenobia casó con Septimio Odenato, el príncipe tenía un hijo de su primer matrimonio, Hairan. En el 266, Odenato y Zenobia tuvieron un hijo, Lucius Iulius Aurelio Septimio Vaballathus Atenodoro, conocido como Vabalato. En el 267 fueron asesinados Odenato y su hijo Hairan, Zenobia sucedió a su esposo como regente de Vabalato, siéndoles concedidos los títulos de Augusta y Augusto.
En el 268, considerando que el emperador Claudio el Gótico (Claudio II) intentaba aplacar una invasión goda, Zenobia encontró el momento para crear su propio imperio, con el deseo de dominar a los dos imperios que flaqueaban a Palmira: el Imperio Romano y el Imperio Sasánida.
El Imperio Romano, sumergido en el caos con las distintas sucesiones al trono, no se preocupó de las aspiraciones de Zenobia por crear un tercer imperio.
Zenobia fue anexionando terrenos al Imperio de Palmira, con el pretexto de proteger al Imperio Romano de Oriente del Imperio Sasánida.
En el 269, el ejército palmiro conquistó Egipto, al mando del general Zabdas. El prefecto romano Probus Tenagino fue capturado y ejecutado. Zenobia fue proclamada reina de Egipto. Con un gran ejército conquistó Anatolia hasta Ankara y Calcedonia. Posteriormente, se hizo con Siria, Palestina y el Líbano. Además de tomar rutas comerciales que eran vitales para los romanos.
Lucio Domicio Aureliano fue proclamado emperador en el 270, con la intención de reunificar íntegramente el Imperio Romano, estabilizó la frontera del Danubio derrotando a los alamanes, godos y vándalos. En el 272 dirigió una campaña hacia las provincias orientales, donde el Imperio de Palmira era gobernado por Zenobia y su hijo Vabalato tenía los títulos de Rex e Imperator. Envió a algunas de las fuerzas hacia Egipto, mientras que el grueso del ejército se dirigía hacia el este a través de Asia Menor, no encontrando resistencia, salvo en Bizancio y Tiana. Durante el asedio de Palmira, Zenobia fue capturada por los romanos y enviada a Roma como rehén.
En el 273 la ciudad de Palmira se sublevó de nuevo, en esta ocasión el emperador Aureliano permitió a los soldados saquear la ciudad, que nunca llegó a recuperarse del desastre. Tras las victorias, Aureliano recibió los títulos de Parthicus Maximus y Restitutor Orientis.
Desde el momento en que Zenobia es rehén en Roma, su destino es confuso. Existen múltiples versiones, que una enfermedad acabó con su vida, que murió de hambre, que fue decapitada, o que Aureliano impresionado por su belleza la liberó, ofreciéndole una villa en Tívoli, donde destacó como filósofa de la alta sociedad.