Sólido ( 363-364) (8.000 euros) Flavio Claudio Joviano, emperador bizantino (363-364), natural de Singidunum (actual Belgrado), hijo de uno de los comandantes del ejército de Constantino II, tomó parte con Juliano II en la desastrosa campaña contra Persia contra Sapor II y, a la muerte de éste, fue proclamado emperador por el ejército. Nada más subir al poder continuó la retirada iniciada por Juliano II y, acosado por los persas, alcanzó las riberas del Tigris, teniendo que firmar un tratado de paz humillante con Sapor II, cediendo el territorio que había ganado Diocleciano en el 297, abandonando las ciudades de Nísibis, Castra Maurorum y Singara. De otra parte, con el tratado de paz, el rey armenio Arshak II era obligado a permanecer neutral en futuros conflictos entre bizantinos y persas, a parte de tener que entregar parte de sus dominios. De este modo, Joviano obtenía una tranquilidad relativa para marchar hacia Constantinopla para desarrollar su política religiosa en favor del cristianismo, religión que el emperador profesaba. En este terreno, devolvió a la Iglesia las tierras confiscadas y la restitución de las antiguas pagas al clero. En un Edicto ordenaba la pena de muerte para los que rindieran culto a los dioses ancestrales y, con tres decretos, sancionaba la confiscación de todas las propiedades de templos paganos. De regreso a Constantinopla, entre Ancira y Nicea, murió de repente, tras ocho meses de reinado, el 17 de febrero de 364. Le sucedió Valentiniano I.
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