Cneo Pompeyo el Joven fue un político y general romano a finales de la etapa republicana romana, hijo de Cneo Pompeyo el Grande y de su tercera esposa Murcia Tertia. Cneo Pompeyo el Joven como su hermano menor Sexto Pompeyo Magno Pío crecieron a la sombra de su padre, uno de los mejores generales de Roma, político reformista que se inclinó por la facción conservadora cuando Julio César se convirtió en una amenaza.
En el 49 a.C, cuando comenzó la guerra civil, Cneo Pompeyo el Joven, junto con su padre, y la mayoría de los senadores conservadores huyeron al este. En el 48 a.C el ejército de Pompeyo el Grande fue derrotado en la Batalla de Farsalia, finalmente murió en Egipto el 29 de septiembre del 48 a.C, traicionado por los gobernantes que le habían acogido en su huida.
Tras el asesinato de Cneo Pompeyo el Grande, sus hijos, Cneo y Sexto, se unieron a la resistencia en la provincia de África, junto a Quinto Cecilio Metelo Escipión, Marco Porcio Catón y otros senadores, preparando la oposición a Julio César.
Julio César derrotó en la Batalla de Tapso (46 a.C) a Metelo Escipión y Catón el Joven, quienes acabaron suicidándose, mientras Sexto Pompeyo huyó de África para reencontrarse con su hemano Cneo en Hispania, donde se encargó de la posesión de la provincia bética de Corduba hasta la derrota de su hermano Cneo en la batalla de Munda.
El 17 de marzo del 45 a.C se volvieron a enfrentar los ejércitos de César y Cneo Pompeyo en la Batalla de Munda. Una maniobra de la caballería de Julio César inclinó el enfrentamiento a su favor, aunque Cneo y Sexto lograron escapar de nuevo. Pasadas algunas semanas, Cneo Pompeyo fue capturado y ejecutado por traición.
Sexto Pompeyo se refugió en la tribu ibera de los lacetanos (Cataluña Central), donde residió hasta que logró reunir a hombres para dirigirse a la Bética, a cargo del general Gayo Carrinas, que no fue capaz de ofrecer resistencia. De este modo, Sexto Pompeyo se hizo con ciudades y el yacimiento arqueológico de Carteia (provincia de Cádiz).
De regreso a Roma, Julio César fue asesinado el 15 de marzo del 44 a.C, originándose una guerra civil entre los partidarios de César y sus asesinos. La muerte de César favoreció los planes de Sexto Pompeyo, el sucesor del general Gayo Carrinas en el gobierno de Hispania Ulterior, Gayo Asinio Polión, carecía de talento militar. De este modo, Sexto consiguió dominar toda la Bética, recibiendo la aclamación de Imperator.
Sexto Pompeyo pactó una tregua con Marco Emilio Lépido, gobernador de la Hispania Citerior y de la Galia Narbonense, permitiendo que Sexto pudiera ir a Roma para recibir la herencia paterna. A su llegada, el Senado Romano le concedió una importante suma de dinero en compensación por la propiedad paterna confiscada.
En el 43 a.C, el Senado Romano buscó apoyos contra Marco Antonio cuando se dirigía a la Galia Cisalpina para oponerse a Marco Junio Bruto. Apeló a Marco Emilio Lépido y a Sexto Pompeyo, que se encontraba con una flota en Massalia. A propuesta de Cicerón, el Senado nombró a Sexto Pompeyo para el mando de la flota republicana, con el título de Praefectus classis et orae maritimae, aunque Sexto permaneció inactivo para romper el sitio de Mutina.
Cayo Julio César Octaviano (César Augusto) en agosto del 43 a.C controlaba el consulado e imponía la Lex Pedia con la que todos los asesinos de Julio César eran declarados proscritos. Al establecerse el Segundo Triunvirato (alianza entre Octaviano, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido. Con la Ley Titia el 23 de noviembre del 43 a.C, se limita su vigencia a 5 años, estableciendo el reparto territorial), Sexto Pompeyo, aunque no había tenido participación, fue incluido entre los asesinos de César.
Los gobernadores de ambas Hispanias y el de la Galia apoyaron al Segundo Triunvirato. En ese momento, Sexto Pompeyo con su gran flota disponía de cierta seguridad, atacando las zonas costeras. De otra parte, con el apoyo de los proscritos y multitud de esclavos que acudían, dispuso de fuerzas suficientes para desembarcar en Sicilia. Fueron sometidas las ciudades de Tindaris, Mesina y Siracusa, y finalmente toda la isla. El gobernador de la provincia de África, Quinto Cornificio, apoyó también a Sexto Pompeyo.
En el 42 a.C, Quinto Salvidieno Rufo dirigió la flota octaviana contra Sicilia tomada por Sexto Pompeyo, siendo derrotado en Rhegium (estrecho de Sicilia). Tras la derrota, Salvidieno Rufo partió a Grecia para ayudar a Marco Antonio en su enfrentamiento contra Bruto y Casio.
En la cumbre de su poder, Sexto Pompeyo ordeno matar al co-gobernador de Sicilia, Aulo Pompeyo Bitínico, acusado de conspiración, quedando como único gobernador de la isla, apodándose Hijo de Neptuno. Cometió el error de mantenerse inactivo, mientras Octaviano permanecía en Grecia luchando contra los republicanos.
En octubre del 42 a.C tiene lugar la doble Batalla de Filipos: La primera batalla aconteció el 3 de octubre, Bruto se enfrentó a Octavio haciéndole retroceder, adentrándose en su campamento. En el sur Marco Antonio derrotó a Casio, que terminó suicidándose.
La segunda batalla tuvo lugar el 23 de octubre, Octavio derrotó a Bruto, que se suicidó. La muerte de Bruto y Casio dejó a los triunviros el control de la República de Roma.
Al regreso de Octavio (41 a. C) a Italia comenzó una Guerra Civil entre dos facciones de la República Romana: Octavio se enfrentaba a Lucio Antonio y Fulvia, que contaban con el apoyo de Marco Antonio. La esposa de Marco Antonio, Fulvia, buscaba que Marco Antonio gobernase Roma en solitario, en lugar de compartir el poder con los otros dos triunviros.
En un principio, la facción de Fulvia se estableció en Roma, aunque después tuvo que replegarse a la ciudad de Perusia. Durante el invierno del 41-40 a.C, la ciudad fue conquistada por Octavio tras un largo asedio. Fulvia fue exiliada a Sición y Lucio Antonio fue enviado a gobernar una provincia de Hispania.
A comienzos del 40 a.C, al finalizar la Guerra Perusina, Marco Antonio buscó una alianza con Sexto Pompeyo, y éste envió fuerzas a Italia, aunque tuvo que retirarlas al establecerse la reconciliación de los triunviros (Octavio, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido) con la Paz de Brindisi.
En el pacto se estipulaba el matrimonio de Marco Antonio con Octavia (hermana del triunviro Octavio), haciendo una nueva división del poder: Lépido se mantenía en la provincia de África (que terminaría en manos de Octavio, aunque mantenía su título de Pontifex Maximus). Marco Antonio recibía las provincias orientales y perdía el control de la Galia. Octavio se quedaba con las provincias occidentales, Italia e Iliria.
De otra parte, Sexto Pompeyo tenía la posesión de Sicilia, Sardinia y Córcega, mientras que sus flotas se quedaban con el grano que llegaba a Roma desde Egipto y las provincias orientales. La escasez de grano se impuso en Roma, provocándose disturbios que solicitaban la paz con Sexto Pompeyo.
En el 39 a.C se firmó el Pacto de Miseno entre los triunviros y Sexto Pompeyo, mediante el cual se entregaba a Sexto el control de Arcaya, Cerdeña, Córcega y Sicilia, con el compromiso de Sexto de abandonar la piratería y dejar que Roma se abastecería de grano. Por otra parte, se convenía que Sexto Pompeyo casase a su hija con Marco Marcelo (hijo de Octavia, sobrino del triunviro Octavio), así mismo Octavio se obligaba a dar un consulado a Sexto.
El Pacto de Miseno se estableció por Marco Antonio, líder de los triunviros, que deseaba iniciar la invasión del Imperio Parto, para lo que necesitaba disponer de las legiones destinadas a Sicilia con la resistencia de Sexto.
Sexto Pompeyo en el 38 a.C sufrió la deserción del almirante Menodoro, que rindió la provincia de Cerdeña y Córcega a Octavio a cambio de recibir el rango ecuestre 'Equites'. Desde este momento se inició la guerra, Octavio nombró al senador Cayo Calvisio Sabino comandante de la flota, con Menodoro como delegado.
La flota octaviana fue derrotada en dos ocasiones, en la Batalla de Cumae y en la Batalla de Mesina. Después de que en Mesina la flota de Octavio fuera totalmente destruida por una tormenta, Sexto no aprovechó el éxito y permaneció inactivo.
Con el Tratado de Tarento (38 a.C) comienza el final de Sexto Pompeyo. El Tratado disponía que los triunviros debían apoyarse en caso de necesidad. De esta forma, Octavio para invadir Sicilia dispuso en el Puerto de Tarento de la flota de Oriente enviada por Marco Antonio y de la flota de Lépido frente a la costa de África. Durante el 37 a.C, Octavio formó una flota al mando de Marco Vipsanio Agripa estacionada en Portus Iulius.
La estrategia militar consistía en que las tres grandes flotas partieran el mismo día desembarcando en tres partes diferentes de Sicilia. Una tormenta arruinó el desembarco previsto, sólo la flota de Lépido pudo desembarcar en Lilibea. La flota de Marco Antonio, al mando de Estatilio Tauro, consiguió regresar a Tarento. La flota de Octavio quedó prácticamente destruida, teniendo que regresar a Italia.
Cuando la flota de Octavio fue reparada, Marco Vipsanio Agripa obtiene una primera victoria sobre la flota de Sexto Pompeyo en la Batalla de Mylae, aunque la victoria definitiva la obtiene el 3 de septiembre el 36 a.C en la Batalla de Nauloco, quedando la mayor parte de los barcos pompeyanos destruidos.
Sexto Pompeyo consiguió huir con su hija a Mesina, embarcando hacia la ciudad griega de Mitilene (en el promontorio de la Isla de Lesbos). Mientras tanto, el triunviro Octavio se enfrentó a Lépido que había ocupado Sicilia.
Aprovechando que Marco Antonio regresaba de una desastrosa campaña contra los partos, Sexto Pompeyo inició una empresa para arrebatarle las provincias orientales. Estableció conversaciones con los príncipes de Tracia y los partos. Desde Lesbos, en el 35 a.C, se apoderó de Lámpsaco (una de las principales ciudades griegas de Misia, a orillas de Helesponto). Marco Antonio respondió enviando una flota a cargo de Marco Titio, que junto a su legado Cayo Furnio, acabaron con los barcos de Sexto.
Sexto Pompeyo fue capturado por los soldados de Marco Antonio cuando intentaba huir a Armenia. Llevado como prisionero a Mileto, fue ejecutado sin juicio poco después. La ejecución fue un acto ilegal ya que Sexto Pompeyo era ciudadano romano, su muerte fue un arma que Octavio utilizó contra Marco Antonio años más tarde.