Sólido, Alejandría 537-540 54.000 euros Pedro Flavio Sabacio, Justiniano I, emperador de Oriente (527-565), su reinado tuvo un gran impacto en la historia mundial, fue el último emperador que intentó recuperar los territorios que poseyó el Imperio Romano en tiempos de Teodosio I, con este fin puso en marcha grandes campañas militares. También potenció una grandiosa actividad constructiva emulando la de los grandes emperadores romanos del pasado.
De procedencia humilde, recibió una educación privilegiada en Constantinopla, gracias a la ayuda de su tío, que sería más tarde el emperador Justino I, quien lo adoptó y lo nombró sucesor al trono. Durante su reinado proporcionó a Bizancio su período más floreciente, controló los motines de Nika, se dedicó a recuperar el poder imperial en el Mediterráneo, construyó la mezquita de Constantinopla, implantó una administración más eficaz, centralizada y controlada por los oficiales del palacio.
Poco después de la ascensión de su tío Justino I al poder tomó parte en asuntos de religión poniendo fin al Cisma Monofisista que prevalecía entre Roma y Constantinopla desde el 483. Mantuvo a la Santa Sede como la más alta autoridad eclesiástica, aunque fue libre para adoptar actitudes despóticas respecto a algunos papas como Silverio o Vigilio.
Se casó con Teodora, célebre por su hermosura, que ejerció sobre él una influencia absoluta y deshonró parte de su reinado.
La verdadera gloria de Justiniano consiste en la reforma de las Instituciones Judiciales, la revisión de todas las Constituciones y Ordenamientos de sus predecesores, que confió a una comisión de jurisconsultos, estando en la cabeza Treboniano, Teófilo, Doroteo y otros.
Sus obras de legislación son: 'El Código', 'El Digesto o Pandectas'. 'Las Instituciones' y 'Las Novelas', publicadas juntas con el nombre de 'Cuerpo de Derecho Civil Romano'.
Le sucedió en el trono su sobrino Justino II entre 565-578.