Sólido (802-803) (10.000 euros)Nicéforo I, emperador bizantino (802-811). Ayudó a destronar y exiliar a la isla de Lesbos a la emperatriz Irene de Atenas (esposa del emperador bizantino León IV, regente de su hijo Constantino VI). Tuvo que enfrentarse a la rebelión del general bizantino Bardanes 'El Turco', destinado a la frontera con el Califato Abasí, que contaba con el apoyo de otros comandantes, entre ellos, los futuros emperadores León V 'El Armenio' y Miguel II 'El Tartamudo'. El emperador Nicéforo I se impuso a los comandantes y redujo al ejército de Bardanes, que acabó recluido en un monasterio.
Se granjeó la enemistad del pueblo al tener que promulgar medidas fiscales para incrementar los ingresos del Imperio de Bizancio, teniendo que fortalecer el ejército amenazado por el Califato Abasí y los búlgaros. Entre los más perjudicados se encontraba el clero, controlado firmemente por el emperador. Expulsó a los eslavos del Peloponeso occidental, repoblándolo con los descendientes de griegos exiliados de la región.
Nicéforo I se enfrentó con el califa abasí Harún al-Rashid al negarse a pagar el tributo aceptado en el 798 por la emperatriz Irene. Aunque el ataque del califa asaltando la frontera oriental obligó a Nicéforo a pagar un nuevo tributo más elevado (treinta mil sólidos de oro), la muerte del califa en el 809 y las luchas internas del Califato dieron un respiro a los bizantinos.
Tuvo que enfrentarse al rey franco Carlomagno por el título de emperador de Occidente. El rey franco había obtenido el título en el año 800 por el papa León III, mientras que Nicéforo I reclamaba para Bizancio la existencia de un único emperador, heredero del antiguo Imperio Romano. Trató de mantener las posesiones bizantinas del Adriático (Venecia, Istria y Dalmacia) amenazadas por los francos. En el 806, el Véneto y los Duques de Dalmacia se sublevaron, solicitando la protección del emperador Carlomagno, un año después la flota bizantina frenó el avance franco. Finalmente, en el 809 fueron conquistadas por los francos. En el 812, el emperador bizantino Miguel I reconoció el título imperial de Carlomagno a cambio de la devolución de las posesiones del Adriático.
De otra parte, los búlgaros se consolidaban en los Balcanes. Los búlgaros tras un primer ataque en el 807 contra la región del río Estrimón, en el 809 pusieron sitio a la fortaleza de Sofía. En respuesta, Nicéforo I marchó hacia Pliska (capital del Imperio Búlgaro) incendiando el palacio del kan Krum y ordenando la colonización militar de las zonas fronterizas. La colonización no fue una medida eficaz, el kan Krum continuó con ataques, ante lo que Nicéforo I movilizó un extraordinario ejército, avanzando hacia la ciudad de Pliska, que fue saqueada.
El 26 de junio de 811, el ejército bizantino camino hacía Sofía fue sorprendido en un desfiladero por el ejército del kan. El emperador Nicéforo I resultó muerto en la emboscada, mientras que su hijo Estauracio reunía los restos del ejército bizantino emprendiendo la retirada hacia Adrianópolis.
Le sucedió como emperador su hijo Estauracio.