Desde la segunda mitad del siglo XVI, debido al enorme gasto de las guerras, al mantenimiento del Imperio, así como a la importación de artículos de todo tipo, la economía española venía manteniendo un gran déficit.
Los gastos eran muy superiores a los ingresos que se obtenían gracias a los impuestos y a las remesas de metales preciosos de América.
El emperador Carlos V tuvo que incautar diversas remesas particulares de plata y oro que llegaban a Sevilla. El monarca Felipe II se tuvo que declarar insolvente para salir del paso. Durante los reinados de Felipe III y Felipe IV los resellos de las monedas de cobre formaron unas monedas interesantes y poco atractivas, reflejando las penurias de la Hacienda Española.
Los resellos que aparecen en las monedas con impresiones y contramarcas hacen variar el valor de las monedas por el que fueron emitidas.El envilecimiento de la moneda se realizaba en los metales de cobre (Calderilla), aumentando su valor sin modificar el contenido del metal, originando una escalada de precios. El proceso se lleva a cabo con varias disposiciones reales Pragmáticas, que variaban el valor de las monedas de cobre propiciando los resellos de 1602, 1636, 1641-1642, 1651-1652, 1654-1655 y 1658-1659.La Pragmática del 13 de junio de 1602 de Felipe III ordenaba que se acuñase una nueva moneda de cobre sin mezcla plata (las monedas de vellón llevaban mezcla de plata), resellando esta nueva moneda para que tuviese doble valor. La moneda de II Maravedíes pasaba a valer IIII Maravedíes. La moneda de IIII Maravedíes pasaba a valer VIII Maravedíes. El resellado tuvo lugar en las Cecas de Burgos, Cuenca, Granada, Segovia, Sevilla, Toledo y Valladolid. Se identifican porque en el anverso de la moneda aparece el valor IIII u VIII con una corona encima y debajo la marca de la Ceca. En el reverso, el valor IIII u VIII. La mayor parte de las monedas de 1602 volvieron a ser reselladas, circunstancia por la que estos resellados son muy difícil encontrar en buen estado de conservación. En 1626 el monarca Felipe IV intentó sanear las monedas antiguas, restituyendo su valor inicial. Finalmente, en 1636 se vio obligado a efectuar un nuevo resello.
La Pragmática de 1636 disponía que se triplicase el valor de lo resellado en 1602. De este modo, la moneda resellada de IIII Maravedíes (II Maravedíes de 1602) pasaba a VI Maravedíes, la resellada de VIII Maravedíes (IIII Maravedíes de 1602) pasaba a valer XII Maravedíes. El resello de identifica porque en el anverso de la moneda aparece el año superado con una corona, mientras que en el reverso se distingue el nuevo valor con el indicativo de la Ceca. El resello se realizó en las Cecas de Burgos, Coruña, Cuenca, Granada, Madrid, Segovia, Sevilla, Toledo y Valladolid.
Las Pragmáticas de febrero y octubre de 1641 ordenaban resellar las piezas labradas en el Real Ingenio de Segovia, el envilecimiento consistía en que la moneda de II Maravedíes pasaba a VI Maravedíes y la de IIII Maravedíes pasaba a valer XII Maravedíes.Por otra parte, se ordenaba que las monedas de IIII Maravedíes antiguas y las de VIII Maravedíes de las demás Cecas quedasen reselladas como VIII Maravedíes. La disposición causó confusión y malestar en el pueblo, que comenzó a denominarlas Calderilla (monedas de escaso valor).Durante 1641-1642, el resellado se realizó en las Cecas de Burgos, Coruña, Cuenca, Granada, Madrid, Segovia, Sevilla, Toledo y Valladolid. La marca consiste en que en el anverso de la moneda apare el valor con la Ceca, mientras que en el reverso se distingue la fecha coronada. Las Guerras que Felipe IV mantenía en Milán y Flandes complicaba cada vez más la Hacienda Pública, viéndose obligado a publicar una nueva disposición.
La Pragmática en 1651 variaba de nuevo el valor de las monedas de cobre. Durante 1651-1652 las monedas de IIII Maravedíes pasaron a valer 8 Maravedíes. En la Pragmática de 1652 se ordenó retirar las piezas acuñadas antes de 1597, cosa que no pudo realizarse. En 1652 la moneda de I Maravedí pasaba a valer IIII.
El resello se realizó en las Cecas de Burgos, Coruña, Cuenca, Granada, Madrid, Segovia, Sevilla, Toledo y Valladolid.
En el resello de los IIII Maravedíes aparecen círculos a ambos lados de la moneda. En el anverso, el círculo contiene la cifra. En el reverso, el círculo contiene la fecha del resello y la Ceca.
En el resello de los VIII Maravedíes aparecen óvalos a ambos lados de la moneda. En el anverso, el óvalo contiene la cifra. En el reverso, el óvalo contiene la fecha del resello y la Ceca.
En la Pragmática del 22 de octubre de 1654, Felipe IV ordenó un nuevo resello para dar a las monedas acuñadas antes de 1597 (que no se habían podido retirar) el valor de IIII y VIII Maravedíes.
En este resello, las Cecas y las cifras del nuevo valor aparecieron en semicírculos más pequeños que los de las fechas 1602, 1636 y 1641, siendo prácticamente ilegibles entre tantas marcas.
Durante 1654-1655 se efectuaron los resellos en las Cecas de Burgos, Coruña, Cuenca, Granada, Madrid, Segovia, Sevilla, Toledo y Valladolid.
En la Pragmática de 1658 se ordenó la acuñación de nuevas monedas, con orlas redondas que cubrían el anverso y reverso de la moneda. En el anverso aparece PHILIPVS con corona, la Ceca y el valor. En el reverso reza la leyenda REX, con corona y fecha. En 1658-1659 la acuñación se transformó en un resello, poniéndose sobre las monedas tantas veces reselladas. En la Pragmática de 1660, Felipe IV ordenó acuñar moneda nueva con su efigie, recogiendo toda la calderilla que había hasta la fecha. |