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La Real Casa de la Moneda de Segovia incorporó una innovadora fábrica de acuñar monedas por deseo del rey Felipe II.
El rey, conocedor de que en varias ciudades de Europa se utilizaba un nuevo sistema de laminación y acuñación de monedas que se realizaba por medio de ingenios o máquinas movidos por ruedas hidráulicas, consiguió de su primo el Archiduque Fernando de Tirol la maquinaria necesaria para implantar en España este sistema avanzado que permitía una acuñación de monedas de muy buena calidad.
A partir de 1582, técnicos procedentes del Tirol buscaron la ubicación idónea para levantar un edificio que debía incorporar la maquinaría. En 1583, atendiendo a que el río Eresma aportaba el caudal de agua necesario para mover las ruedas, se eligió un molino, propiedad de Antonio de San Millán, en el que se molía cereal y se fabricaba papel.
El rey Felipe II encargó el proyecto al arquitecto Juan de Herrera, que en colaboración con los técnicos tiroleses enviados por el Archiduque Fernando, trazó el primer plano, que hoy no se conoce: Un edificio industrial concebido específicamente para realizar en él todo el proceso de acuñación, desde el control de la llegada del metal en bruto hasta su salida como moneda.

En junio de 1585 llegó a Segovia el convoy que desde la ciudad de Hall (en el corazón del Tirol) transportó las distintas piezas necesarias para poner en marcha el Real Ingenio. Formando parte de él llegaron los expertos monederos que, aún sin terminar la construcción del edificio, montaron los ingenios y realizaron a principios de julio una primera acuñación experimental que fue supervisada por el obispo de Segovia.
La nueva fábrica fue un modelo de organización interna con un proceso de fabricación en serie, precursor de las nuevas formas de producción industrial que surgirían más de doscientos años después durante de la Revolución Industrial.


Real Ingenio y Monasterio de Santa María de El Parral.    Foto Laurent (1868). Archivo Ruiz Vernacci, IPHE. Ministerio de Educación y Cultura.

El Monasterio de El Parral se encuentra a extramuros de la ciudad de Segovia, muy cercano al convento de San Juan de la Cruz y a la Real Casa de Moneda, en la orilla del río Eresma, en el paraje conocido como 'La Alameda', próximo al Alcázar y a la Iglesia de la Vera Cruz. Lo mandó construir el príncipe Enrique IV de Castilla en 1447, haciéndolo bajo el nombre de su camarero mayor, Juan Pacheco (Marqués de Villena desde 1445).

El Monasterio de El Parral se levantó sobre la Ermita de la Virgen del Parral y un entorno rodeado de huertos, propiedad de la Catedral desde que en 1301 la reina María de Molina (esposa de Sancho IV, nieta de Alfonso IX de León) los hubiera donado.

El 7 de diciembre de 1447, el príncipe Enrique IV compra al cabildo catedralicio la Ermita de la Virgen del Parral y los terrenos que la rodean por diez mil maravedíes, cediéndolo la adquisición a Fray Rodrigo de Sevilla (prior del Monasterio de San Blas de Villaviciosa en Guadalajara) para levantar en los terrenos un nuevo monasterio, erigido por el canónigo Nuño Fernández de Peñalosa, en nombre del obispo Juan de Cervantes. El primer prior del nuevo monasterio sería Fray Rodrigo de Sevilla.

La bula fundacional fue concedida por el Papa Nicolás V, recogiendo los mismos privilegios que el Monasterio de Guadalupe. Las obras de los diferentes edificios que conformarían el complejo monasterial comenzaron en 1454, a la muerte de Juan II, con la proclamación como rey de Enrique IV 'El Impotente'.

El rey Enrique IV muere en Madrid el 11 de diciembre de 1474, comenzando una guerra de sucesión al trono que enfrentó a su hija Juana 'La Beltraneja' y a su hermanastra Isabel. Durante la contienda las obras de El Parral quedaron paralizadas. En 1479 Isabel 'La Católica' se proclama reina de Castilla, las obras de El Parral se retoman gracias al acuerdo de financiación que logra el prior del monasterio Fray Pedro de Mesa con el Marqués de Villena. Las obras quedaron finalizadas en 1503.


Monumento Conmemorativo Casa de la Moneda de Segovia

Señalar que las monedas más antiguas de fabricación en Segovia tienen su origen en la época romana (años 30 y 20 a.C.) cuando se acuña moneda de bronce. Durante la Reconquista se vuelve a acuñar moneda en Segovia, el emperador Alfonso VII en el año 1136 hace donación al obispo don Pedro de la cuarta parte de la moneda que se fabrique en Segovia para la construcción de la antigua Catedral de Santa María. El donativo creó empleo y suministro moneda para el comercio. En la actualidad es el documento más antiguo sobre la acuñación de moneda segoviana.

El rey Enrique IV en 1455 construye una nueva Casa de la Moneda, conocida como La Casa Vieja de la Moneda tras la fundación del Real Ingenio, ubicada cerca de donde el Acueducto penetra la muralla de la ciudad. La Casa Vieja de la Moneda acuñó monedas a martillo hasta 1681, teniendo al Acueducto como marca de Ceca, símbolo que llevarán todas las monedas segovianas durante más de 400 años.

En Segovia el 12 de mayo de 1473 se marcan los nuevos valores para las monedas, la Ceca de Segovia (con marca el Acueducto) comienza a tener una gran importancia, se acuñan:

  • Monedas de oro:        Dobla de 50 Enriques, Dobla de 5 Enriques, Doble Enrique, Enrique de la Silla y Enrique
  • Monedas de plata:     Real, 1/2 Real y 1/4 Real
  • Monedas de vellón:   Blanca de la Banda, Blanca de 2 Maravedís, 1/2 Cuartillo y 1/4 de Blanca

Las Cecas activas en España durante los siglos XVI y XVII eran las de Barcelona, Denia, Palma de Mallorca, Pamplona, Segorbe, Segovia, Valencia y Zaragoza.
Las Cecas de forma intermitente: Burgos, Coruña, Cuenca, Granada, Madrid, Sevilla, Toledo, Trujillo y Valladolid.

ENTORNO DEL REAL INGENIO DE SEGOVIA 'LA ALAMEDA' ANTES DE LA REHABILITACIÓN


Fachada de la Casa de la Moneda de Segovia.


Panorámica del Real Ingenio, convertido en molino propiedad de Antonio de San Millán, terminando en una actividad similar a la que desarrolló en sus orígenes.


Panorámica de la Casa de la Moneda y del Alcázar de Segovia.


Panorámica de la Casa de la Moneda y de la Catedral de Santa María, conocida como la Dama de las Catedrales, al ser ésta uno de los más bellos ejemplos de arquitectura gótica tardía.

La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos se levantó entre (1525-1577), de estilo gótico, cuando en la mayor parte de Europa se difundía la arquitectura renacentista.
Habiendo sido destruida la antigua Catedral de Santa María en 1521 por su cercanía al Alcázar, durante la Guerra de las Comunidades, el Claustro (obra de Juan Guas) y otros elementos fueron trasladados. La construcción de la nueva catedral comenzó en 1525, según trazas de Juan Gil de Hontañón, siendo financiada por el pueblo segoviano mediante aportaciones de los gremios y sisas del Ayuntamiento.


Iglesia del Monasterio de Santa María de El Parral, luciendo los blasones de Juan Pacheco, Marqués de Villena.


Panorámica del Monasterio de Santa María de El Parral.
Construido por el príncipe Enrique IV de Castilla en 1447, haciéndolo bajo el nombre de su camarero mayor, Juan Pacheco (Marqués de Villena desde 1445).


Panorámica del Alcázar desde el Monasterio de Santa María de El Parral.

Las primeras noticias del Alcázar corresponden a cuando el rey castellano Alfonso VIII (1158-1214) y su esposa Leonor de Plantagenet instalan su residencia. Posteriormente, el rey castellano-leonés Alfonso X El Sabio (1252-1284) pasó largas temporadas, convocando en el Alcázar las Cortes del Reino (1258 y 1278).

El rey castellano-leonés Enrique II, primero de la dinastía Trastámara, hizo del Alcázar su corte casi permanente, su hijo y sucesor al reino Juan I (1379-1399) continuó con la corte en Segovia, convocando Cortes del Reino en 1386 y 1390.

Con Enrique IV (1454-1474) será cuando el Alcázar alcance su máximo esplendor y riqueza decorativa. La sucesora de Enrique IV El Impotente, Isabel la Católica salió del Alcázar hacia la Iglesia de San Miguel para ser coronada Reina de Castilla, pasando grandes temporadas en el Alcázar entre 1474-1504.

En vida de Isabel la Católica el centro de poder se desplaza de Segovia. El emperador Carlos I luchó contra los comuneros que se habían refugiado en el Alcázar, su hijo Felipe II se alojó en el Alcázar y contrajo matrimonio con doña Ana de Austria en la capilla del Alcázar, habiendo establecido la capital del reino en Madrid y la construcción del Monasterio del Escorial como Panteón Real y centro de la vida cortesana, el Alcázar termina en el olvido paulatinamente.

En 1764 el rey Carlos III estableció en el Alcázar el Colegio del Real Cuerpo de Artillería. Un incendio ocurrido el 6 de marzo de 1862 destrozó el Alcázar, quedando desocupado. Después se utilizó como Archivo General Militar, función que ocupa en la actualidad.

En 1882 comenzó la restauración del edificio que se encontraba medio en ruinas, prolongándose hasta el último tercio del siglo XX.


Panorámica de la Vera Cruz. La construcción de la Iglesia de la Vera Cruz, antes titulada del Santo Sepulcro, se atribuye legendariamente a los Templarios, aunque investigaciones modernas lo ponen en duda; parece más verosímil que fuera levantada por la Orden del Santo Sepulcro como Encomienda dependiente de su Colegiata de Toro (Zamora). Cuando esta Orden se unió a la de San Juan de Jerusalén, el templo pasó en 1531 a esta última.

Los Caballeros de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, titulada de Rodas, y titulada de Malta, celebran frecuentemente en ella sus oficios y funciones religiosas a lo largo del año.

La Orden de Malta es una institución religiosa católica, de carácter militar y hospitalario, y de tradición nobiliaria. Tiene su origen en 1104, cuando el Beato Gerardo la instituye bajo la advocación de San Juan Bautista, sobre un hospital fundado en Jerusalén hacia 1088 por unos mercaderes napolitanos, con el fin de socorrer a los numerosos peregrinos cristianos que allí afluían de Europa.

Sus miembros fueron caballeros con votos religiosos, monjes y soldados a un tiempo, que en tanto atendían sus deberes hospitalarios, luchaban militarmente contra los musulmanes en toda Palestina. Cuando cayó en poder de éstos el Reino de Jerusalén, y tras unas breves estancias en Acre y Chipre, en 1309 los Caballeros de San Juan se establecieron en la isla de Rodas. Tras la pérdida de Rodas, después de un penoso asedio turco en 1522, pasaron a la isla de Malta en 1530, tras la donación de la isla por el emperador Carlos V.

Protegidos por una poderosa escuadra, realizaron sus labores hospitalarias por toda Europa, y continuaron su lucha contra los turcos, participando en numerosas acciones navales, entre ellas la batalla de Lepanto (1570). La Orden, gobernada por sus Príncipes Grandes Maestres, permaneció en Malta hasta que en 1798, en el curso de las guerras napoleónicas, se apoderaron los franceses de la isla, y luego los ingleses, expulsando a los caballeros sanjuanistas. La Orden de Malta se instaló entonces en Roma, donde permanece en la actualidad.

La Soberana Orden Militar de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta es el único ente soberano sin territorio, sujeto de derecho internacional. Actualmente esta gobernada por Frey Matthew Festing, 79 Príncipe y Gran Maestre, y esta formada por unos doce mil miembros en todo el mundo, dedicados a labores hospitalarias y asistenciales, sin olvidar el perfeccionamiento espiritual. En España la Orden cuenta con cuatro Monasterios de Comendadores de San Juan y con unos seiscientos Caballeros y Damas que realizan diversas obras asistenciales.

REAL INGENIO REHABILITADO


Real Casa de la Moneda de Segovia, reinando Fernando VII. Año de 1829.

La Casa de la Moneda se incorporó a la Corona en 1718. Se regía por la Ordenanza del 16 de julio de 1730 promulgada en Cazalla por Felipe V, que regulaba Nuevas Ordenanzas para la labor de las monedas, su ley y ensayes, ministros y operarios de las casas, sus obligaciones, sueldos y derechos.

La Ordenanza establece los Cargos de las Casas de Moneda, describiendo con todo detalle sus funciones y las labores de los Oficiales. Las funciones y obligaciones de los ministros de la Casa de la Moneda:

  • El Superintendente: Debía ser persona de autoridad y respecto, de segura conducta, celoso del real servicio, desinteresado, prudente y con práctica en el desempeño de otros cargos de responsabilidad. Vivir en la Casa de la Moneda, en el caso que no fuera posible, asistir diariamente excepto festivos, mañana y tarde, desde las ocho hasta las doce, y desde las cuatro hasta la puesta de sol en los meses de octubre a abril, haciendo cumplir el mismo horario a los restantes Ministros.
    En el reinado de Carlos III, el cargo de Superintendente fue ocupado por Don Pedro Pimentel  'Marqués de la Florida'.
     
  • Ensayadores: En la Casa de la Moneda había dos Ensayadores que debían hacer constar, ante la Real Junta de la Moneda, que estaban capacitados para el cargo, y ser examinados por el Ensayador Mayor del Reino. Debían vivir en la Casa de la Moneda y tener en ella oficinas separadas con forjas, hornillos, copelas, carbón, aguas fuertes y cuantos útiles fueran necesarios en las operaciones de ensaye.
     
  • El Juez de Balanza: Tenía que ser persona de la mayor inteligencia en pesos y pesas, de buena opinión, desinteresado y celoso del Real Servicio. Debía vivir en la Casa de la Moneda y tener en la Sala del Despacho de Libranza un cajón con sus llaves, donde guardar los pesos y balanzas de todos los tamaños, cuidando de su precisión.
     
  • El Fiel de Moneda: Tenía que conocer el funcionamiento de las máquinas empleadas en la acuñación (molinos, hileras, cortes, cerrillas, prensas de volante). Recibir en inventario las 'oficinas' con la maquinaria e instrumentos que se emplearan en ellas, mantener en buen estado de conservación y funcionamiento, y si alguna no lo estuviera, arreglarla con cargo a la Real Hacienda.
    Tenía que costear la acuñación de moneda (desde la entrega de las barras de metal ensayadas hasta la entrega de moneda acuñada), la facultad de elegir y despedir a a los empleados (sin intervención de ningún otro Ministro de la Ceca), controlar que las monedas salieran perfectas en peso y figura (si a la entrega eran rechazadas por el Juez de Balanza u otro Ministro, tendría que volver a fundirlas y labrarlas a su costa). Tenía que vivir en la Casa de la Moneda y compartiría con el 'Guardacuños' la custodia de las llaves de las oficinas y de la sala de volantes.
     
  • El Fundidor: Tenía que poseer un extraordinario conocimiento de los metales, de su fundición y afinación por cimientos, y ser hombre veraz y de buen proceder.
    Era el responsable de la oficina de fundición con todos los enseres, siendo responsable de su estado de conservación (excepto la balanza de pesos que correspondía al Juez de Balanza), tenía la facultad de contratar y despedir empleados. Tenía que vivir en la Casa de la Moneda, y en caso de no ser posible, dispondría de un cuarto para comer y cambiarse los días de faena.
     
  • Grabadores: La Ordenanza mantenía en sus puestos a los de reconocida habilidad y mediante oposición pública preveía plazas vacantes.
    Se les entregaba un inventario de instrumentos y herramientas, que tendrían que mantener en buen estado. Debían alojarse en la Casa de la Moneda, donde disponían de habitaciones para viviendas y oficinas.

Todas las Casas de Moneda dependían de un Superintendente General que ostentaba los cargos de Secretario del Despacho Universal de la Real Hacienda y Presidente de la Real Junta de Comercio y Moneda. El Superintendente General tomaba juramento a los ministros y oficiales de las Casas de Moneda, tenía la facultad de juzgarles y sentenciarles en las causas civiles y criminales.

En cada moneda se distingue la Ceca (lugar de acuñación, el Acueducto), las siglas del Grabador, las siglas de los Ensayadores y las del Juez de Balanza. Las iniciales del Grabador aparecen en el anverso de las monedas. En el reverso de la moneda, a ambos lados del valor, se sitúan las iniciales del primer apellido de los Ensayadores y del Juez de Balanza.

La historia del arte de grabar monedas y medallas es profunda e interesante. El Grabador es propiamente un escultor de bajorrelieves en miniatura. Tiene que grabar en hueco sobre matrices de acero que por presión forman monedas o medallas, sobre oro, plata o bronce. Es una operación muy dificultosa, ya que el artista debe realizarlo al revés.

Los Ensayadores eran artesanos responsables de la Ley (pureza) y peso del metal. En algunos casos, ya entrado el siglo XIX, también se incluía las iniciales del responsable de la balanza (Juez de Balanza).

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Glosario Numismático


Ruedas hidráulicas del Real Ingenio de Segovia.

Una de las características más relevantes fue su elevada mecanización en el proceso de acuñado, aprovechando la energía hidráulica del río Eresma por medio de ruedas hidráulicas que daban movimiento a diferentes máquinas.


Ruedas hidráulicas del Real Ingenio de Segovia.

Entre 1770 y 1772, reinando Carlos III, el arquitecto Francisco Sabatini realizó importantes cambios. Los acuñadores movidos por ruedas hidráulicas fueron sustituidos por prensas de volante y sólo se conservaron las ruedas necesarias para la laminación. De aquella gran reforma se conserva el magnífico Canal de piedra de granito, muestra de la tecnología de la Ilustración.


Acueducto de Segovia.    Foto Laurent (1860-1870). Archivo Ruiz Vernacci. Ministerio de Educación y Cultura.

En 1865, durante el reinado de Isabel II, una empresa francesa instaló prensas automáticas tipo Thonnelier movidas por una turbina.

En 1861 se inauguró la nueva Casa de la Moneda de Madrid, que acabó centralizando toda la producción de monedas y provocó el cierre de todas las Cecas en España.
La orden de cierre de la Casa de Moneda de Segovia se produjo en 1869.


Casa de los Picos y Puerta de San Martín, Segovia.    Foto Laurent (1870-1886). Archivo Ruiz Vernacci. Ministerio de Educación y Cultura.

El edificio de la Real Casa de la Moneda se vendió entre 1878-1879, dedicándose a sucesivas fábricas de harinas, terminando su vida industrial con una actividad similar a las que desarrolló en sus orígenes. La última fábrica de harina cerró en 1967 y su turbina modelo Francis se expone en el Patio de los Canales como testigo de la Revolución Industrial.

La Casa de la Moneda de Segovia fue rehabilitada entre los años 2007 y 2011, bajo el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Segovia, la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Fomento. En el año 2007 se suscribe el acta de inicio de las obras y en mayo de 2011 queda finalizada la obra.

En la actualidad, la Casa de Moneda de Segovia está considerada como uno de los ejemplos más antiguos e importantes del Patrimonio Industrial.


Desde la Real Casa de la Moneda vista del Monasterio Jerónimo de Santa María del Parral.


Desde la Real Casa de la Moneda vista del Alcázar, edificado en el siglo XI sobre los restos de una fortaleza romana, se levanta como un buque imaginario entre los valles de los ríos Eresma y Clamores. Con su aspecto de castillo de cuento de hadas es uno de los monumentos más visitados de España.


Panorámica del magnífico canal de piedra de granito. A la derecha, la turbina modelo Francis de la última fábrica de harina.


En el Patio de los Canales del Real Ingenio se observa la turbina modelo Francis de la última fábrica de harina que cerró en 1967.


Taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


Taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


Taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


Torno del taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


Mazo hidráulico del taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


Taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


La Ceca de Segovia llevó a albergar hasta cinco Ingenios de laminar metal, accionados por ruedas hidráulicas de casi cuatro metros de diámetro, y dos ingenios para acuñar moneda. La laminación de los rieles, realizada tradicionalmente a golpe de martillo, pasó a realizarse con ingenios laminadores.

Básicamente, el sistema para laminar consistía en dos rodillos paralelos en posición horizontal con una pequeña y variable separación entre ellos. Giraban en sentido contrario, acción que se realizaba por grandes engranajes de madera.

El metal se introducía entre los rodillos giratorios que lo arrastraban y adelgazaban; para obtener el grosor final se podía pasar el metal hasta dieciocho veces. Los rieles convertidos en láminas limpias pasaban a la sala de acuñación, dotadas de dos rodillos similares, si bien en este caso tenían grabadas en bajorrelieve las imágenes de las monedas.


Taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


Prensa de volante: El sistema de acuñación se basaba en grabar el anverso y reverso de la moneda imprimiendo un fuerte golpe seco al cospel por medio de una prensa accionada por la fuerza humana. Aunque el sistema comenzó a experimentarse en el siglo XVI, fue a partir del siglo XVIII cuando se implantó de forma generalizada.

La prensa de volante cuenta con una peana que soportaba el castillo, constituido por dos pilares de hierro unidos por la parte superior. En la zona de unión entre ambos pilares existe un orificio por el que discurre un tornillo cuya parte superior está rematada por un largo brazo horizontal, llamado balancín, que facilita su movimiento.

En la zona inferior, en el centro de la peana, se encuentra la maceta que consiste en una pieza metálica sobre la que quedaba fijo uno de los dos troqueles de acuñación mientras que el otro se fijaba al extremo inferior del tornillo.

La prensa de volante se situaba junto a un pequeño foso donde se instalaba el monedero, operario encargado de situar el cospel en la maceta. Otros operarios agarraban el brazo del volante y hacían subir el tornillo hasta su tope, dejándolo caer con fuerza para imprimir los diseños en el cospel y convertirlo en moneda.


Prensa de volante.


Cerrilla, máquina inventada en Inglaterra en 1685 para labrar el canto de las monedas.


Prensa de volante.


Prensa de volante.


Prensa automática tipo Thonnelier.


Taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.


Escultura de Felipe II presidiendo el taller de la herrería de la Real Casa de Moneda de Segovia.

 

 

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